lunes, marzo 06, 2006

Sorrentinos…

Era medio día cuando crucé la frontera argentina por el Paso Futaleufú. Tras los trámites migratorios, seguí camino y comenzaron a aparecer los pueblos de la Pampa estepa patagónica. Primero Trevelin y, más tarde, Esquel.

“No… a Bariloche recién tenés pasajes para tres días más”, me dijo la mujer a través de la ventanilla… Otra vez la carretera, otra vez la mochila al hombro, otra vez esperando algo o alguien que me llevara a destino. Entonces recordé varias películas argentinas que he visto en los últimos años y que están ambientadas en la Pampa (o en la estepa patagónica), especialmente “Historias Mínimas”, de Carlos Sorín.

No me encontré con más religiosos, y los 300 kilómetros hasta la capital del chocolate fue un tiempo sin sobresaltos hasta que la luna más grande que he visto en mi vida me gritó la bienvenida a Bariloche.

Sabía cuál era mi objetivo en esa ciudad y lo cumplí desde las primeras horas: COMER. Mi viaje por Argentina debía ser sobre todo culinario y la variedad no sería fundamental. De hecho pocos elementos marcaron el menú: bife de chorizo, sorrentinos, sorrentinos, sorrentinos, pizza y para tomar, agua o Quilmes. De postre, flan casero con crema y dulce de leche. Eso y nada más que eso. Ahhhh, los desayunos, medialunas con Mendicream o dulce de leche.

Después de tres días, un tur en el busecito de la alegría, playa, caminatas y una visita por el día a Villa la Angostura, decidí partir a San Martín de los Andes, uno de mis lugares favoritos en el mundo.

Me reencontré con mil cosas, desde el terminal, las rosas de los jardines, el centro, la tienda Oveja Negra y otros sitios de artesanía, la feria de la plaza San Martín, el restaurante Taco’s, la silla con forma de mano, los ahumaderos, la playa, Patalibros y tantos otros lugares y detalles, pero lo más importante fue reencontrarme con mi gran y querido amigo Eugenio Leguineche, con quien compartimos historias y nos pusimos al día en los últimos años de nuestras vidas. No tengo dudas, estar con él fue uno de los regalos más hermosos que me dio el viaje, por sus anécdotas, sus preguntas, sus respuestas y su presencia.

Con varios kilos más en mi mochila y en mi cuerpo, dejé territorio argentino rumbo a Temuco donde gasté un trozo de la tarde visitando el mercado y la feria de artesanía de la plaza. El resto del día fue para mi amiga Verónica Aguilera. Era la segunda vez que estaba en la casa de sus padres y llené cada rincón con mil palabras y risas. Claro que los dejé mareados con mi bitácora a viva voz… Pero me disculpé diciendo: “… ese es el problema de viajar sola y no hablar con nadie… No sólo a ustedes, sino a cada persona que encontré dispuesta a escuchar, le di una porción de mi mejor verborrea”…

Verborrea que ya se va apagando, que se aleja a medida que me reintegro a la rutina. Pero la energía… ay… la energía que me dejó este viaje sigue conmigo.

Puerto Montt, Hornopirén, Carretera Austral, Pumalín, Chaitén, Futalefú, Bariloche y San Martín de Los Andes…

Esto es lo que yo llamo sacarle el jugo a las vacaciones.

¡Bienvenido 2006!

16 comentarios:

Pilar dijo...

El sur es de esos lugares que hay que disfrutar así como tú lo has hecho, viviendolo.
Maravillosas fotos y muy buenos textos las acompañan.
Me encantó tu relato del encuentro con el misnistro, se nota que llevas esto de escribir en el corazón Paloma.
Saludos desde Chillán y hasta pronto.

Anónimo dijo...

Notable, como siempre. Qué envidia. Ya sabe mi rollo con la pampa infinita. Bellísimo, sobre todo lo de la foto de Lugares Comunes y lo de Eugenio, el querido Eugenio
Besos
esm

Juan Carlos dijo...

Genial tu recorrido y tu estilo para relatarlo.

Saludos

Pamela dijo...

Que hambre!!! hace mucho tiempo que no voy a Argentina, pero me hiciste recordar esos paisajes infinitos y esa gente tan simpatica y desenvuelta.
Slds!

SERGINHO® dijo...

y reitero.. velvo una y otra vez por aqui.. a veces comento.. pero siempre te leo..

que viaje¡ .. mejor el relato.. auneu ud. tiene la capacidad de relatar con mil maravillas un viaje en metro

cariños¡

Rodrigo dijo...

saludos cariñosos..te deje un homenaje en el blog, aunque me resista a la idea de "un día"

un abrazo

Santiago Illapa dijo...

Sorrentinos... Es demasiado para mi. Me encantan y me pierden.

RCB dijo...

Navegando o naufragando por internet acabo de recalar por estos lados. Veo que entre tus conocidos están varios conocidos y amigos. Se ve todo tentador, pero tendré que Pasar con más tiempo. Salu2

Anónimo dijo...

gracias y un abrazo

sole poirot dijo...

qué lindo! he suspirado de pura emoción. que hermoso viaje y que entretenido relato. se siente pura buena onda, energía positiva para comenzar el año, y para almacenar ricas experiencias en tus pecas.
un beso enorme!
sole.
p.d:
(por fin puedo publicarte un comentario..antes era imposible...y otra cosilla amiga, me encantó la imagen superior del blog está preciosa!)

Anónimo dijo...

Hola,

También estuve en el sur este verano, en algunas varias partes que citas... ¿Te imaginas que nos hubierámos encontrado?...
En fin,era eso no más.
Bye.

PD- en el post del ministro dices "le ordené al conductor", estimo que queda muy imperativo y poco legítimo pues ¿qué autoridad tienes tú para "odernarle" algo a él?. Te sugiero que lo edites y cambies por "le dije" o "le pedí" . La sugerencia viene de alguien que tiene credenciales en comunicación y literatura... lo sabes. Pero obviamente, sobre eso, tú decides al final... esa es tu historia, no la mía.
k

paloma dijo...

Estimado(a) K:
Muchas gracias por tu comentario, siempre es bueno recibir aportes de este tipo. Revisé el post y creo que tu sugerencia es válida, sin embargo, también considero correcta la palabra que utilicé, pues le da al texto mayor fuerza narrativa y eso es precisamente lo que quería lograr. Saludos, P.

Pato Correa dijo...

Paso por primera vez a tu blog, me parece una experiencia relajante tus descripciones veraniegas, sin duda que despues de un año agotador, te las mereces, espero seguir visitandote, un abrazo

Guillermo Schulmeier dijo...

Estimada Paloma, los pueblos que mencionás como de La Pampa en realidad están en la Patagonia, más precisamente en la provincia de Chubut. Aunque quizás por "pampa" te refieras a lo que en Argentina llamamos "estepa patagónica" y que es la geografía que se extiende desde la cordillera hasta el océano Atlántico.

Saludos.

paloma dijo...

Gracias Guillermo por la aclaración... ignorantemente suelo llamar Pampa a toda estepa argentina... Supongo que igual de equivocada estoy con la mención de la película, ya enmendé el error. Saludos
P.

Anónimo dijo...

Nice, very nice.
Saludos