viernes, diciembre 31, 2010

La intensidad de mi 2010

2010 fue un año que afectó fuertemente a mi país, Chile. Tuvimos hechos que marcarán por siempre a nuestra tierra y a cientos, a miles de personas. Tragedias absolutas, como el caso de los 81 presos muertos en la Cárcel de San Miguel; tragedias con final feliz y cámaras por doquier, nuestros 33 mineros recorriendo el mundo; tragedias solidarias, nunca vi a mis compatriotas tan unidos, tan comprometidos, como este año para ayudar a los afectados por el terremoto.

Este año también fue movido para mí, pero fue fantástico. Da un poco de pudor decir algo así cuando hay tantos que han sufrido.

Comencé 2010 con dos noticias, una buena y una mala. La mala: me quedaría sin trabajo el 11 de enero, porque EducarChile tendría la mitad de presupuesto y ya no tenían plata para mantener mi cargo a tiempo completo, que era algo así como jefa de proyectos de comunidades. La buena: el gobierno de Estados Unidos me seleccionó como la única chilena que formaría parte del primer Social Media Tour, un viaje por las principales iniciativas 2.0 del país del Norte, donde nos reuniríamos 30 periodistas digitales de todo el mundo.

Fue una apuesta. Sin plata y sin trabajo ¿era sensato ir a pasar un par de semanas en otro país? Decidí que sí. Es más, decidí quedarme un mes entero, sacarle el jugo al viaje, conocer un montón de gente y aprender hasta más no poder.

Fue una apuesta ganadora. Por mi cuenta visité Bostón y Massachusetts, conocí a gente increíble del Media Lad del MIT y del Berkman Center en Harvard; en Nueva York, Alex Wright me invitó a conocer el periódico New York Times por dentro y nos fuimos de copas de media tarde con Clay Shirky, luego de conocer a algunos de sus alumnos en el ITP de la Universidad de Nueva York.

A mediados de febrero, en Washington, finalmente me reuní con los otros 29 seleccionados del Social Media Tour, todos editores de medios del mundo entero: Eslovaquia, Eslovenia, Francia, Italia, España, Ghana, Namibia, Sud África, Grecia, Israel, India, Malasia, Guatemala, Uruguay, Perú, Colombia.... creo que ha sido por lejos la mejor experiencia de mi vida. Fuimos a reuniones a la Casa Blanca, al Capitolio y al Departamento de Estado. Para entonces ya éramos todos amigos, como un viaje de estudios, pero de gente grande que se emociona con los mismos temas... Juntos hicimos el viaje a San Francisco y juntos entramos a las oficinas de Google, Facebook y Twitter.

El día en que el Social Media Tour terminó, en Chile la tierra comenzó a moverse y se movió tan fuerte como pocas veces ha ocurrido en la historia de la humanidad. Supe de lo que había pasado cuando me desperté y en Chile ya era el medio día del 27 de febrero. Después de saber que mi familia estaba bien, durante el desayuno, se me acercó Paula Abdul, sí, la cantante, y me abrazó llorando, conmovida por la tragedia. Algo incómoda le dije que se calmara, que todo estaba bien. Me demoré dos días en comprender la magnitud de la tragedia. Creo que caí en cuenta, cuando no sólo la Abdul, sino que cada dependiente de cada lugar donde tenía que pagar algo... al ver mi tarjeta de crédito del Banco de Chile, abandonaba el mostrador para abrazarme con los ojos llorosos.

Los días sola en San Francisco fueron raros, sin poder volver, medio desconectada en una ciudad donde no conocía casi a nadie. Me moví medio errática por casi 10 días, amparada por la hospitalidad de Laura Gómez (de Twitter), quien guardó mi gran equipaje un par de días; mi querido amigo Howard Rheingold que -pese a estar en medio de una terrible quimioterapia- me acogió en su casa y me llevó a lugares mágicos de los indios norteamericanos; Abbot Moffat, quien sin conocerme más que por la recomendación de Gina y James, me alojó en su casa de Oakland; y Sam, un amigo inesperado que me mostró museos y acompañó mis últimas horas en la costa Oeste.

Volví a Chile el 9 de marzo, a un aeropuerto sin aeropuerto. El país se estaba rearmando y yo tenía que rearmar mi vida. Acompañé en lo que pude a los chicos de ChileAyuda, el sitio web que convergió la ayuda para las víctimas del terremoto; comencé a dar algunas charlas, a buscar clientes para mis consultorias y, hasta junio, hice muchas cosas chiquitas por aquí y por allá. De ese tiempo, agradezco con el alma a Sofía Calvo y a Pato Muñoz, quienes gestionaron las conferencias más grandes en las que participé. Así y todo, gastando más de lo que ganaba, volví a viajar, porque decidí que era una inversión, y lo fue! Me fui a Argentina, no una si no dos veces. Comencé a acercarme más al tema del gobierno electrónico y el gobierno abierto, entusiasmándome especialmente por el trabajo de los amigos del Gobierno de Buenos Aires.

En julio entré a trabajar a Corfo, la agencia del gobierno chileno que apoya la innovación, el emprendimiento y las Pymes. Estoy ahí como jefa web y de nuevos medios. Han sido meses maravillosos, de mucho aprendizaje y grandes desafíos. Con un equipo de lujo en lo humano y en lo profesional, pensando y creando formas para que los ciudadanos puedan acceder de forma más fácil a los instrumentos de fomento de la corporación. En 2011 nos queda mucho por hacer, por diseñar, por implementar... y eso me encanta.

Además, he seguido viajando, fui a Lima en agosto y estuve con los amigos del Diario El Comercio, a Washigton al Gov 2.0 Summit en septiembre y en noviembre aterricé en República Dominicana para dar una charla en un foro del Banco Mundial. Cuantas ciudades, cuantas historias, cuanta gente maravillosa conocí este 2010.

2011 comienza con cambios. Si todo sale bien, me cambiaré de casa en un mes más, a un departamento un poco más grande y con menos ruido, y me cambiaré de oficina, en el edificio de Corfo. Son cosas que parecen pequeñas, pero que auguran más movimiento del bueno, de ese que te toca el alma y te hace avanzar. Será un año de proponerse cosas y luchar para alcanzarlas.

Hoy, en las últimas horas de este 2010, sólo puedo decir gracias a la vida, gracias a todo y a todos. Gracias a mi familia, a mis amigos, a mis colegas, a la gente que sin conocerme sigue mis pasos en Twitter entregándome un cariño gigante.

Les deseo lo mejor, felicidad, salud, amor y trabajo. Les deseo que disfruten cada instante y les pido que no tengan miedo de vivir con pasión, hacer lo que les gusta, creyendo en ustedes mismos. A mí este año me funcionó y sé que seguirá funcionado.

Paloma

martes, diciembre 21, 2010

Cómo hacer amigos, aprender y cambiar tu futuro

En los últimos años he asistido a decenas de conferencias, tanto en Chile como en el extranjero, y he tenido la suerte de trabajar en lugares donde han comprendido que mis competencias laborales se ven enriquecidas por los conocimientos y contactos que se logran generar en dichas instancias*.
Porque muchos se preguntan ¿Para qué sirve ir a tantas charlas? En relación con esto, quiero compartir con ustedes las ideas que expone Alejandro Barrera en el post que escribió para el sitio Maestros del Web.
Barrera parte su análisis con una notable frase de Gary Vaynerchuk: ¿Cómo mides el retorno de la inversión (ROI) de tu madre? 
“Si, se que suena cómico, pero esto de las conferencias es similar. Existen retornos inmediatos.... tuve una reunión muy importante con futuros socios internacionales. Sin embargo, esto no suele ser lo usual. Muchas veces no sabes a quien vas a conocer o a quien te van a presentar. Lo que para mi está claro es que, si no estás, las probabilidades de conocer a alguien son nulas”.
En mi caso en particular, en las conferencias he tenido la oportunidad de conocer a expertos tan notables como Howard Rheingold, Jimmy Wales, Tim O’Reilly, Clay Shirky, Richard Stallman, Jack Dorsey, Douglas Rushkoff, Henry Jenkins, Jack Dorsey, Don Tapscott, Sir Ken Robinson y tantos otros. No es menor.
A diferencia de Barrera yo no genero negocios, sino que hago pequeñas entrevistas que me permitan compartir con el mundo algo especial sobre estas personas, más allá de ellos como ‘personalidades’.
Lo más maravilloso es cómo la teoría de los seis grados de separación funciona y funciona de verdad. Más aún, una vez que conoces a alguien importante, parece mucho más fácil hacer más y mejores contactos. 
“Lo importante aquí es que los asistentes de este tipo de conferencias suelen estar muy bien conectados. Esto es importante porque son personas que pueden ayudarte de muchas maneras en distintos puntos de tu carrera”, dice Barrera, al mismo tiempo que aclara algo que para mí es fundamental: “la idea no es asistir y conocer gente para luego pedir favores. La idea es realmente conocer a gente como tú, personas que compartan tu mundo y con los que uno aprende o discute sobre temas de interés... con el tiempo, estas relaciones se revalorizan”.
Cuando conozco a gente extremadamente interesante se me prende el alma y tengo la fantasía de que sus conocimientos se me peguen por osmosis. Lamentáblemente esto no sucede así, no al menos de forma tan inmediata y evidente. Pero si te expones repetidamente a charlas de primer nivel, conversas con los expertos, buscas información, lees libros sobre los temas que te interesan, tarde o temprano tú también comienzas a tener una opinión, una idea, un proyecto que agrega valor y que vale la pena compartir.
“En conclusión, no desestimes el ir a conferencias porque no conozcas a nadie o porque no te parezca que se puede sacar rentabilidad de forma inmediata. Piensa a largo plazo, piensa en buscar gente que se convierta en tus amigos, compañeros o socios. Esa es la gente que en el futuro puede cambiar el rumbo de tu vida”.
A propósito de ésto, aquí les dejo el último video que realicé para PalomaTV: parte de la conferencia de prensa que Guy Kawasaki dio en Chile, en el marco de la feria tecnologíca “Conecta 2010”, organizada por Movistar.

*Me refiero a los trabajos en el Área de Innovación de la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, EducarChile y Corfo.