martes, julio 27, 2004

Lana para zurdos

Tengo tres hermanos pequeños: Julián (15), Gabriela (12) y Luciano (11). Cuando volví a tejer hace unos meses atrás intenté enseñarle a Julián, prácticamente lo torturé.... insistí tardes enteras, hasta que él terminó renunciando muy deprimido frente a su incapacidad.

Algunos días más tarde, estábamos tejiendo con la Gabriela y apareció Luciano. “Ya Luciano, mira, te voy a enseñar a tejer”. “Te va a costar, porque él es zurdo”, me dijo la Gabi.

Mmmm. Busqué largamente en mis dotes pedagógicas y logré inventar un sistema para enseñarle a tejer en zurdo. A los 5 minutos estaba fascinado tejiendo y lo hacía muy bien.

Le dije a la Gabi: “Mira a Luciano, se nota que tienes habilidades manuales, lo que es Julián, estuve toda una tarde enseñándole y nada”. “Julián también es zurdo”, me informó mi hermana.

Me sentí pésimo y le enseñé a Julián con mi fórmula zurda. Resultó ser mejor tejedor que Luciano. Ahora están tejiendo una bufanda a medias. No avanzan mucho, sólo los pocos minutos en que se aburren del Nintendo. Además, me lo habían ocultado, pero perdieron un palillo. Les regalaré otro. ¡Perseverar!

Con esto de la distancia generacional y de verlos siempre escribiendo en el computador, no sabía cuál de mis hermanos es zurdo y cuál diestro. ¡Soy lo peor! Ahora entiendo por qué toman tan mal los cubiertos en la mesa. Era porque trataban de imitarnos, de imitar a los diestros de la casa. Todo mal. También entiendo porque son tan creativos. Es el otro hemisferio. ¡Vivan los zurdos!   

Inspirado en el último post de Petra.

lunes, julio 26, 2004

De lunes y otras muertes

No sé por qué se desordena tanto mi biorritmo el fin de semana. Los domingos duermo pésimo y los lunes por la mañana amanezco destrozada. Pese a esta condición y a que la semana se viene muy, pero muy dura, me he impuesto escribir para alimentar la voracidad de mis seguidores (si es que tengo alguno).

Estos últimos días han pasado varias cosas dignas de comentar: me publicaron la carta que escribí a la revista “Arte al Límite” y no sólo eso, sino que apareció destacada. Confieso que sentí un poco de orgullo. El olvido y la flojera me llevaron a perder el segundo encuentro de “Conversaciones en el MAC”. Fui a San Fernando a compartir el fin de semana con mis suegros. Canté como en mis mejores años en el escenario del “Olé-Olé”, mientras Estaban, Marisol, Coté, Alejandro y la Paula, me aplaudían como si no estuviera desafinando de lo lindo. Esa noche terminó con “Chica de Ipanema”, sin duda una de las mejores formas de cerrar un sábado con amigos sanfernandinos.

Pero esta fue también una semana de muertes impactantes y de recuerdos de personas que ya no están. Primero quedé muy afectada por el fallecimiento del abogado Andrés de la Maza, esposo de la jueza Gloria Ana Chevesich. El hombre era de verdad muy especial. Practicaba Tai-chi, era masón, poeta y gustaba de la filosofía. Sólo 50 años y un tumor que habría empezado a crecer en su cabeza hace sólo tres meses. Duro.

El segundo caso que llamó mi atención, y que conmueve a la opinión pública, es la muerte del sacerdote italiano Faustino Gaziero D' Stefani. El hecho parece sacado de una película de terror, pero sucedió en la Catedral, en la Plaza de Armas, en Santiago. Aquí. Otra muerte imprevista, ilógica. Hay gente muy loca y eso me asusta bastante. Incluso tuve una pesadilla muy fea, que seguramente se inspiró en este acontecimiento.

Mi fin de semana terminó en la casa de la Tía María. Gloria la abrió para mí y al entrar vi que ya no quedaban muebles. No quedaba casi nada. La Tía María llegó a Chile cuando era muy pequeña. Su familia vino desde España a principios del Siglo XX y, como era la única mujer de cinco hermanos, nunca se casó, pues debía cuidar a su madre (la abuela de Esteban). Como no tuvo hijos, ella consintió culinariamente a sus hermanos, sobrinos y sobrinos nietos. Preparaba galletas de manteca, conejo, bacalao, tortas, queques, jamón serrano y muchas otras delicias de la cocina española. Yo la conocí cuando ya era muy viejita y su memoria se había debilitado bastante. No se por qué sentí siempre esa conexión con ella. Me daba besitos, me apretaba la mano, me miraba con amor. Creo que no sabía bien quien era yo, pero de todas formas me quería. La Tía María murió hace un par de meses a los 96 años. Ayer volví a su casa. Habían regalado a una institución de beneficencia los muebles que Esteban quería. Pero ella había reservado para nosotros algunos pequeños tesoros: un baúl de madera, un par de fuentes de porcelana, un juego de cucharitas de plata, una radio antigua y una lámpara de lágrimas, con la que yo siempre soñé. No creo que haya sido una casualidad, creo que ese es el regalo que ella dejó especialmente para nosotros. Tesoros que llevaremos a nuestra nueva casa y que nos acompañaran siempre, al igual que los bellos recuerdos que Esteban guarda de su Tía. La Tía María.

lunes, julio 19, 2004

Los Otros Baytelman

El sábado en la noche la Shlomit organizó una comida en su casa. Sabía de que se trataba, pero no caí realmente en cuenta hasta que entré a ese living -donde he estado millones de veces desde que nací- y me encontré con personajes que no correspondían al reparto habitual de mi vida.
 
Había en ese living varias personas parecidas a mí, al Felipe, a la Tía Sara, a la Mara, pero que no eran ni Yo, ni Felipe, ni Sara, ni Mara. Eran los Otros Baytelman. Esos por los que siempre me habían preguntado, pero nunca había tenido la oportunidad de conocer en vivo y en directo.
 
Mi bisabuelo (Jacobo) era el hermano mayor del abuelo de ellos (Bernardo). Ese el parentesco. Se podría decir que en Chile la familia Baytelman no es muy grande. No sé cuantos seremos, pero supongo que no más de 30 personas. Tal vez 50. Sin embargo, estamos muy disgregados y la genealogía no es mi fuerte.
 
La que de seguro sabe todos y cada uno de los capítulos de esta historia es Valeria Luco, la segunda mujer de mi tío David Baytelman, quien guarda documentos realmente valiosos para este árbol familiar.
 
Al primero que reconocí sin necesidad de presentación fue a Andrés Baytelman (físicamente, el vivo retrato de mi tía Sara). Tiene una personalidad muy parecida a la del Felipe y es un avanzado en todo lo relativo a la Reforma Procesal Penal. Será fiscal. Escucharlo hablar del tema es una verdadera delicia. Incluso me dieron ganas de volver a estudiar Derecho. Su hermana Denise es psicóloga y está en un proceso muy importante de su vida, dejando la clínica para entrar en el área de los recursos humanos. Todo un cambio. También conocimos a Daniela Baytelman, sin duda la Baytelman más bonita. Ella es ingeniera civil, con MBA y todo, trabaja en Lan Chile y su marido es un israelí muy simpático. Se llama Maor. También estaba Carlos, el pololo de Denise.
 
Por el lado de nosotros, estaba Felipe, porque mi papá (el Gadi) logró traerlo a la reunión a través de una video conferencia (fue muy emocionante… se veía lindo). La Mara y la Daniela, la Shlomit, el Federico y “Nuestros”, es decir, el Diego de la Mara, la Verónica del Gadi y mi amado Esteban.  
 
La Shlomit se lució con un menú judío: Gefilte fish, Creplej y Vareniques. Yo aporté con una verborrea de antología (me sobreexcité). Creo que dejé un poco mareados a los primos nuevos. Pero son Baytelman. Sabrán entender.

viernes, julio 16, 2004

El Pelo de Lidia

Ella tiene el pelo bicolor y se llama Lidia. Es argentina. Es una Mujer con mayúscula y la quiero un montón.
 
Estaba mirando fotos en el computador de la casa, para tener imágenes que me permitan graficar mis post y me encontré con ella.
 
Conocí a Lidia cuando nos quedamos en su casa en el Barrio del 11 en Buenos Aires, en abril de 2003. Es la madre de Matías y por estos días está muy ocupada con su nueva nieta, la bella Julieta.
 
Lidia es una sabia y se convirtió en mi madre putativa, al igual que la mamá de Esteban, la Kenita. Hicimos Yoga, paseamos, conversamos, alisó mi pelo, nos contamos la vida.
 
Viajó largas horas en bus para venir a nuestro matrimonio y comprobé una vez más ese extraño sentimiento que me hizo adorarla a los pocos minutos de haberla conocido.
 
Ay Lidia… te quiero con el alma y dejo aquí, en el ciberespacio, registrado que, aunque estemos lejos y hablemos poco, eres una persona muy especial en mi vida y ESTÁS SIEMPRE AQUÍ.

martes, julio 13, 2004

Tu Risa

Ríete de la noche,
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete de este torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro,
cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire,
la luz la primavera,
pero tu risa nunca
porque moriría.

Aquí un extracto de mi poema favorito de Neruda, para estar a tono con las celebraciones. Mi abuela lo conoció. Ella también es poetisa, aunque aún no gana el Nobel, pero va en buen camino. Es doctora en literatura, vive en México y hace clase en varias universidades. Algún día les contaré más de ella, es toda una persona, personaje y personalidad.

Volvamos entonces al arte y a las conmemoraciones. Hoy tenemos dos panoramas interesantes para después del trabajo, a menos que aprovechando este lluvioso y melancólico día prefieran regresar temprano a casa, meterse a la cama con un guatero y tejer y/o comer sopaipillas.

Pues bien, para los que no temen al agua, mis recomendados de hoy:

1.- Inauguración del Congreso Internacional del Centenario del Natalicio de Pablo Neruda. Martes 13 de julio a las 19:00 en el Salón de Honor, de la Casa Central de la Universidad de Chile. (Avenida Libertador Bernardo O´Higgins 1058). Entrada Liberada.

Comentario: Van a ser casi puros discursos, con Presidente Lagos y todo. Mmmm. Lo entretenido, es que me imagino que asistirá buena parte de la fauna “intelecto-faradulera” de Chile. ¡¡¡Me gusta mirar!!!

2.- Segunda versión del ciclo Conversaciones en el MAC (Museo de Arte Contemporáneo). Así como anteriormente las mesas redondas giraron en torno a temas curatoriales, esta vez se abordarán “Las Otras Vías: Espacios Alternativos de Exhibición”. Aquí se hablará sobre las relaciones entre producción artística, reflexión teórica, difusión y modelos de trabajo para el arte contemporáneo. Primer encuentro: Martes 13 de julio a las 19:15 horas en el MAC (detrás del Museo de Bellas Artes). Entrada Liberada.

Comentario: Creo que es una buena oportunidad para aprender sobre el circuito de la vanguardia artística nacional y presenciar la particularidad del lenguaje que utilizan los entendidos en arte. ¡¡¡Muy entretenido!!! Pero sólo para interesados en temas afines.

No sé ustedes. Lo que es yo… me clonaré. ¡Nos vemos!

lunes, julio 12, 2004

Fonda Japonesa

Debo reconocer que mis primeros acercamientos al mundo del sushi no fueron fáciles ni decorosos. Comencé a escuchar a la gente en la universidad hablar de rols y sashimis, todo lo que me sonaba a franca siutiquiería. Debe haber sido a principios del año 2000 cuando caminando por la calle Merced, Esteban me propuso que entráramos a un restaurant japonés, para salir finalmente de dudas con respeto esta nueva “moda culinaria”.

Nos sentamos y miramos la carta sin entender nada. Nos recomendaron un gran plato (bastante caro) que traía un poco de todo. Cuando llegó, vimos que tenía pocos rols más occidentales y que primaban los bocadillos a base de gelatinosos pedazos de pescado crudo. ¡CRUDO! En fin. Comenzamos a comer y la expresión de asco iba aumentando en la cara de mi amado. Yo, haciendo caso a mis raíces, trataba de comer lo más posible, para no desperdiciar el dinero invertido en la aventura gastronómica. Cuando aún quedaban dos tercios de los bocadillos, no pudimos más y pedimos que nos envolvieran la comida para llevar. Apenas llegamos a la casa, pusimos todo ese pescado crudo en un sartén y cometimos el sacrilegio: cocinamos la comida japonesa, para poder comerla.

Dos años después Esteban tuvo que viajar por trabajo durante un mes y medio a Korea. Dicen que el paladar se educa y eso fue precisamente lo que le sucedió. Allá el sushi era el pan de cada día, incluso lo servían al desayuno en el hotel. Cuando volvió a Chile comenzamos a probar la comida japonesa con nueva lengua.

Aunque nos mantenemos en las preparaciones más tradicionales, hace dos años somos asiduos a Sushito. El fin de semana quedamos de juntarnos allá con Diego y la Mónica, mi eterna y mejor amiga del colegio. Ella me dijo que conocía el lugar como la “Fonda Japonesa” (bautizado así por Sigrid), porque ciertamente es una picada un poco rara. Funciona conjuntamente con un restaurant que se llama Akabar, que es una mezcla rústico-tecno bastante extraña.

Me gusta la “Fonda Japonesa”, también tienen un local en Providencia, los precios son aceptables y tienen envíos a domicilio. El año pasado, también fuimos a Patronato a un restaurant de comida típica coreana. Toda una experiencia que contaré más adelante si hay interesados.


miércoles, julio 07, 2004

El poder de Internet

Mientras escucho Bossa Nova y trabajo, escribo, trabajo… un momento de distracción. Encontré un artículo en la revista Mouse de La tercera que daba consejos para hacer un buen blog. Ahí hablaban del weblog de Roberto Arancibia. Lo visité, me gustó y le escribí. ¡El mundo es muy chico! Roberto conoce a mi papá (el Gadi), porque en su temprana adolescencia fue muuuuy amigo de mi tía Rosana. Esto parece una teleserie venezolana.* Por poco y soy su “hiha” que perdió en el canastillo.

*Mi madre (Myriam), en lugar de utilizar el clásico cliché según el cual “el mundo es como un pañuelo”, dice que “el mundo es como una teleserie pobre”… Porque hay pocos personajes y todos se conocen. ¡Genial!

En fin. Declaro aquí que Roberto será mi gurú en lo que a weblogs se refiere, así que comenzarán a aparecer nuevas cosas y algunos cambios en ésta, mi bitácora. (Soy muy re patuda)

Aunque ya me distraje bastante, les puedo contar que sigo tejiendo y anoche fue una jornada de TV. Vi el último capítulo de Friends y, más tarde, Geografía del Deseo en TVN. Me reí mucho.

Hoy trataré de conseguir entradas para el tributo a la música brasileña, que mañana ofrece Francesca Ancarola junto a Zeca Barreto en el Cine Arte Alameda. Recomendado 100 por ciento.