lunes, julio 12, 2004

Fonda Japonesa

Debo reconocer que mis primeros acercamientos al mundo del sushi no fueron fáciles ni decorosos. Comencé a escuchar a la gente en la universidad hablar de rols y sashimis, todo lo que me sonaba a franca siutiquiería. Debe haber sido a principios del año 2000 cuando caminando por la calle Merced, Esteban me propuso que entráramos a un restaurant japonés, para salir finalmente de dudas con respeto esta nueva “moda culinaria”.

Nos sentamos y miramos la carta sin entender nada. Nos recomendaron un gran plato (bastante caro) que traía un poco de todo. Cuando llegó, vimos que tenía pocos rols más occidentales y que primaban los bocadillos a base de gelatinosos pedazos de pescado crudo. ¡CRUDO! En fin. Comenzamos a comer y la expresión de asco iba aumentando en la cara de mi amado. Yo, haciendo caso a mis raíces, trataba de comer lo más posible, para no desperdiciar el dinero invertido en la aventura gastronómica. Cuando aún quedaban dos tercios de los bocadillos, no pudimos más y pedimos que nos envolvieran la comida para llevar. Apenas llegamos a la casa, pusimos todo ese pescado crudo en un sartén y cometimos el sacrilegio: cocinamos la comida japonesa, para poder comerla.

Dos años después Esteban tuvo que viajar por trabajo durante un mes y medio a Korea. Dicen que el paladar se educa y eso fue precisamente lo que le sucedió. Allá el sushi era el pan de cada día, incluso lo servían al desayuno en el hotel. Cuando volvió a Chile comenzamos a probar la comida japonesa con nueva lengua.

Aunque nos mantenemos en las preparaciones más tradicionales, hace dos años somos asiduos a Sushito. El fin de semana quedamos de juntarnos allá con Diego y la Mónica, mi eterna y mejor amiga del colegio. Ella me dijo que conocía el lugar como la “Fonda Japonesa” (bautizado así por Sigrid), porque ciertamente es una picada un poco rara. Funciona conjuntamente con un restaurant que se llama Akabar, que es una mezcla rústico-tecno bastante extraña.

Me gusta la “Fonda Japonesa”, también tienen un local en Providencia, los precios son aceptables y tienen envíos a domicilio. El año pasado, también fuimos a Patronato a un restaurant de comida típica coreana. Toda una experiencia que contaré más adelante si hay interesados.


5 comentarios:

Felipe Bruno dijo...

A ver... el que comenta de Japón y "la cacha y la espada" aquí soy YO. ;)

Roberto Arancibia dijo...

En realidad, uno se acostumbra a todo.
Tienes que ir al Mikado!!
The best in town.
Estilo Teppanyaki, la plancha donde el Chef, directamente importado, prepara frente a tí las carnes, pescados, mariscos y verduras, manejando los cuchillos y aliños con toda la parafernalia posible.
(oh oh, esto lo va a leer el Felipe y se reirá de mi explicación)
También, para estar a la moda, tienen sushi bar.
Bilbao 1933. Reservas 225 29 47.

Petruska dijo...

Paloma, he leído con tanto agrado tu blog, tus links y hasta la letra chica del template, me encantó.
Disculpa el off topic (no como nada de mar pues me poseo una alergia a no sé qué cosa que me lo impide, así que de sushi sé poco).
Me cautivó tu post sobre aquella carta enviada... creo que me conseguiré un ejemplar de esa publicación.
Felicitaciones.
Slds. P.

Isabel dijo...

La comida japonesa me recuerda mis tiempos en la Uni, en que después de las clases de japonés nos comíamos una tonelada de sushi y gyosa y cuántas otras cosas... ñami! suelo comprarme las bandejitas en Merced y comer en el Jana (aunque debería ser Hana :P) que está acá en Miraflores... y sake, claro

Kampai

Anónimo dijo...

De gusto a paladar, si que se debe educar. De esto, doy gracias a Sushito, pues la amabilidad y el tiempo que dan a sus clientes los mismos maestros de sushito de Providencia, me hizo aprender a saborear la exquisita comida y a convinarla con un buen Sake a temperatura ámbiente.
Para los que aún no han ido, les adjunto el mejor punto de reunión: Paseo Orrego Luco, local 6 Providencia. (02.2333797)