Estaba mirando fotos en el computador de la casa, para tener imágenes que me permitan graficar mis post y me encontré con ella.
Conocí a Lidia cuando nos quedamos en su casa en el Barrio del 11 en Buenos Aires, en abril de 2003. Es la madre de Matías y por estos días está muy ocupada con su nueva nieta, la bella Julieta.
Lidia es una sabia y se convirtió en mi madre putativa, al igual que la mamá de Esteban, la Kenita. Hicimos Yoga, paseamos, conversamos, alisó mi pelo, nos contamos la vida.
Viajó largas horas en bus para venir a nuestro matrimonio y comprobé una vez más ese extraño sentimiento que me hizo adorarla a los pocos minutos de haberla conocido.
Ay Lidia… te quiero con el alma y dejo aquí, en el ciberespacio, registrado que, aunque estemos lejos y hablemos poco, eres una persona muy especial en mi vida y ESTÁS SIEMPRE AQUÍ.
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