lunes, julio 26, 2004

De lunes y otras muertes

No sé por qué se desordena tanto mi biorritmo el fin de semana. Los domingos duermo pésimo y los lunes por la mañana amanezco destrozada. Pese a esta condición y a que la semana se viene muy, pero muy dura, me he impuesto escribir para alimentar la voracidad de mis seguidores (si es que tengo alguno).

Estos últimos días han pasado varias cosas dignas de comentar: me publicaron la carta que escribí a la revista “Arte al Límite” y no sólo eso, sino que apareció destacada. Confieso que sentí un poco de orgullo. El olvido y la flojera me llevaron a perder el segundo encuentro de “Conversaciones en el MAC”. Fui a San Fernando a compartir el fin de semana con mis suegros. Canté como en mis mejores años en el escenario del “Olé-Olé”, mientras Estaban, Marisol, Coté, Alejandro y la Paula, me aplaudían como si no estuviera desafinando de lo lindo. Esa noche terminó con “Chica de Ipanema”, sin duda una de las mejores formas de cerrar un sábado con amigos sanfernandinos.

Pero esta fue también una semana de muertes impactantes y de recuerdos de personas que ya no están. Primero quedé muy afectada por el fallecimiento del abogado Andrés de la Maza, esposo de la jueza Gloria Ana Chevesich. El hombre era de verdad muy especial. Practicaba Tai-chi, era masón, poeta y gustaba de la filosofía. Sólo 50 años y un tumor que habría empezado a crecer en su cabeza hace sólo tres meses. Duro.

El segundo caso que llamó mi atención, y que conmueve a la opinión pública, es la muerte del sacerdote italiano Faustino Gaziero D' Stefani. El hecho parece sacado de una película de terror, pero sucedió en la Catedral, en la Plaza de Armas, en Santiago. Aquí. Otra muerte imprevista, ilógica. Hay gente muy loca y eso me asusta bastante. Incluso tuve una pesadilla muy fea, que seguramente se inspiró en este acontecimiento.

Mi fin de semana terminó en la casa de la Tía María. Gloria la abrió para mí y al entrar vi que ya no quedaban muebles. No quedaba casi nada. La Tía María llegó a Chile cuando era muy pequeña. Su familia vino desde España a principios del Siglo XX y, como era la única mujer de cinco hermanos, nunca se casó, pues debía cuidar a su madre (la abuela de Esteban). Como no tuvo hijos, ella consintió culinariamente a sus hermanos, sobrinos y sobrinos nietos. Preparaba galletas de manteca, conejo, bacalao, tortas, queques, jamón serrano y muchas otras delicias de la cocina española. Yo la conocí cuando ya era muy viejita y su memoria se había debilitado bastante. No se por qué sentí siempre esa conexión con ella. Me daba besitos, me apretaba la mano, me miraba con amor. Creo que no sabía bien quien era yo, pero de todas formas me quería. La Tía María murió hace un par de meses a los 96 años. Ayer volví a su casa. Habían regalado a una institución de beneficencia los muebles que Esteban quería. Pero ella había reservado para nosotros algunos pequeños tesoros: un baúl de madera, un par de fuentes de porcelana, un juego de cucharitas de plata, una radio antigua y una lámpara de lágrimas, con la que yo siempre soñé. No creo que haya sido una casualidad, creo que ese es el regalo que ella dejó especialmente para nosotros. Tesoros que llevaremos a nuestra nueva casa y que nos acompañaran siempre, al igual que los bellos recuerdos que Esteban guarda de su Tía. La Tía María.

6 comentarios:

Marce Infante dijo...

Querida. Que tal todo.
Juro que te vi el viernes en el Akbar de Irarrazaval o tienes una doble poderosamente igual a ti. Lo raro es que entre al baño y ahi estaba la Paloma y sali del baño y no te vi nunca mas. Nunca mas.
Respondo a tus preguntas:
- Nunca escribi en Fibra. Pero se como se hace. Te lo cuento por mail.
- Trabajo en un centro cultural. Poco dinero, muy poco, pero hasta ahora me salva algo. Por eso lo de escribir en mas partes...
- Lei tu post. Muy bueno.
Te dejo un abrazo.

Anónimo dijo...

Comparto tus impresiones, yo también estoy afectada por los últimos acontecimientos. Muy lindo tu post, te escribí para que supieras que tienes seguidores, asi es que ¡adelante!.

Saludos desde Valparaíso.

Roberto Arancibia dijo...

Por supuesto que tienes seguidores querida Paloma y por supuesto que no fué casual que la Tía María te dejara la lámpara de lágrimas. Y ahí va a estar ahora, en tu casa, iluminando veladas y conversas y absorbiendo penas para abrillantar sus lágrimas y hacerlos a ustedes más felices.

Y otra cosa... Estoy esperando una juntá de bloggers para oirte cantar... :-)

Suzanne dijo...

Me gustó harto tu post. Muy bueno :)

Concuerdo con Claudio, ahora con esto de los blogs, siempre habrá alguien que te va a leer, aunque uno ni sepa quién es. Pero es divertido que los demás te dejen sus impresiones y opiniones.

Que estés muy bien!

Saludos,

Susana

Anónimo dijo...

Se pasa bien en San Fernando, cuando se está con amigos, nos gustó que cantaras, lo que más aplaudimos fue a ti.Te felicitamos por tu página es muy interesante , esperamos más artículos para leer.
Un abrazo desde tierra santa "San Fernando"
Paula y Alejandro.

Nadia dijo...

Hola Paloma:
Comparto tu impresión por estas muertes impactantes; respecto al abogado, me toca por afinidad...espero ser una abogada de esas que no tienen más intereses que el Derecho (que de por sí igualmente es un área extensa...), que cultive la espiritualidad y sea recordada y querida como lo es este caballero. Resulta difícil creer, por cómo lo han descrito, que haya ostentado influencias o haya sido autor de las famosas "filtraciones". De todas maneras, nadie es perfecto.
Felicitaciones por la publicación de la carta; ah! hay un lazo entre tu post y el de Roberto...las mal llamadas casualidades o coincidencias.
"Letras Pinceladas" www.blogia.com/letraspinceladas