martes, septiembre 18, 2007

Uno, dos, tres

Pongo tierra dentro de la caja de fósforos, la cierro con cuidado para tener el tejo perfecto y lo lanzo con hábil puntería hasta el último casillero.

Uno, dos, tres. Cuatro y cinco juntos con las piernas abiertas. Vuelvo a respirar, a concentrarme y a equilibrar el salto en un solo pie: seis. Siete, ocho. Es el final del juego, el momento de dar la vuelta y regresar brincando hacia el inicio de todo.

Es el final de otro año, el cierre de mi calendario propio, los últimos 10 días de los 30 y salto a los treintaytantos. Y me siento más grande, me siento más vieja, más joven, más sabia, más ingenua. Y sigo igual. Sigo acechando momentos. Mirando en las esquinas como si fuera invisible y las veo en el pasaje. Un luche de tiza rozada en el suelo y, ellas, saltando, cayendo, riendo, gritando.

Con el tejo firme en la mano, miro los luches que pinté en tantas calles, las punterías imperfectas, las caídas, los aciertos, los miedos, las ganas locas de seguir. Una vez más respiro y salto. Es hora de volver a empezar. De volver a jugar.

viernes, septiembre 07, 2007

Yo sólo quería comer sushi

Con el antojo vivo me bajé de la micro antes de llegar a la Plaza Armas. Crucé la calle y cuando iba a entrar a Los Reyes, la gente comenzó a ser evacuada del luagar.

El Hotel City se estaba quemando y el fuego había comenzado en la cocina de ese restaurant que está en el primer piso, y cuya cocina se especializa en comida japonesa y peruana.

Eran las 8 en punto cuando le pedí a Ignacio que me ayudara a postear algo a distancia y, al minuto siguiente, marqué el número de Rodrigo Guaiquil. "Habla, te estoy grabando", me dijo él y comencé una transmisión que duró cerca de seis minutos, sintiendo esa adrenalina de reportera que escapa de mi quehacer diario, que es tan digital.

Escucha lo que le dije aquí (5 minutos):


Mucha gente, tres compañías de bomberos, personas de la municipalidad y humo por todas partes. La policía cortó el tránsito, evacuaron a los pasajeros y los bomberos lograron controlar las llamas que afectaban al segundo y tercer piso de este clásico hotel capitalino.

Cuando los carrobombas comenzaron a abandonar el lugar, me di cuenta de que mi antojo seguía vivo y que algunos metros más allá había otra sucursal de Los Reyes. Entré, pedí una sugerencia para uno y me fui caminando, bolsa en mano, por mis antiguos barrios.

jueves, septiembre 06, 2007

Paloma TV

Ayer descubrí Mogulus, un sitio que permite a cualquiera tener su propio canal de televisión. Me entusiasmé tanto que grabé algo y, como no logré que el programilla funcionara, decidí subir igual el contenido a través de otro sistema… Así que les presentó (Murphy mediante) lo que sería Con los Ojos en la Calle en Paloma TV.



En los últimos meses se ha debatido la norma de TV digital abierta
para Chile. Algunos sitios web están convocando a una votación en
línea para que la ciudadanía se exprese al respecto. Mas info en Canal.cl y Chiletelevisiondigital.com

miércoles, septiembre 05, 2007

De judíos y chilotes

Hay cosas que por equivocación pasan y pasan muy bien. Este jueves (6.09.2007) debo asistir a un encuentro de gente vinculada al ámbito de la arquitectura de información, pero no sé por qué me confundí y pensé que era la semana pasada.

Llegué a las 7 en punto y, como no vi a ninguno de mis contertulios, me senté en la barra y pedí algo para tomar. En una mesa al fondo del lugar y acompañado por tres comensales divisé a Raúl Ruiz, cineasta chileno que se fue a vivir a Francia donde se ha destacado por una prolífica carrera en el mundo del séptimo arte.

Fui hasta su mesa, me presenté con nombre y apellido, le conté en parte el proyecto y le pregunté sobre los recuerdos que tenía de la UNCTAD. “Prácticamente no tengo, nunca entré al lugar. Pero dime, qué tienes que ver con el Beco Baytelman”. “Soy su nieta”, respondí. “Ven, siéntate con nosotros”, dijo el señor de los bigotes blancos.

Halagada, acerqué una silla y me sumé a la conversación, más desde el silencio que desde la palabra, tratando de atesorar frases, de fotografiar con la mente los gestos de este hombre emblemático y quienes lo acompañaban: un periodista, el compositor que musicaliza sus películas y un productor de teatro y ópera.

No sé cómo la conversación pasó de mi bisabuela sefaradita que hablaba en ladino (español antiguo), a los vecinos ortodoxos de Ruiz en Francia y, desde allí, a las tiraduras de casas en Chiloé, tierra del padre y el abuelo del cineasta. Según todos en la mesa era un error cuando se denominaba a estos eventos con el nombre de Minga (o Minka), pues esa palabra hacía referencia a varios otros tipos de encuentros. “Si hacían falta chalecos, mi abuela invitaba a una minkha de tejer, venían varias señoras, tejían un día entero chalecos para todos y, al final de la jornada, se hacía una comida grande. Un tiramiento, en cambio, es cuando tirada por bueyes una casa se cambia de un lugar a otro, como lo hacía mi padre. Él tenía un carácter complicado y, cuando se enojaba con la gente del pueblo, organizaba una tiradura y cambiaba la casa a la isla de al lado. Esto lo hizo varias veces”, nos contó Ruiz.

Después de una hora escuchando fragmentos de historias de aquí y de allá, me despedí de Ruiz y sus comensales y abandoné el lugar reprochando mi falta de honestidad por omisión: Ruiz me dijo de entrada que nunca estuvo en la UNCTAD, yo callé que no he visto ni una sola de sus películas. Tarea pendiente.

lunes, septiembre 03, 2007

Ser o no ser Pelolais

De negro, abrigo largo, cartera al hombro y una copa de champagne en la mano. Llevo una hora en el lugar y ya quiero irme. Me siento algo ridícula, sola en un espacio atiborrado, saludando a mucha gente conocida, pero no tan conocida como para meterme en la conversación.

Es una fiesta en el subterráneo de un centro comercial, pero al mismo tiempo es una venta de prendas exclusivas de una marca de ropa bastante “top”. Pienso en la genialidad del evento desde el punto de vista del marketing: han logrado congregar a la crème de la crème de Santiago
, músicos muy onderos, gente de la tele, del mundo de la publicidad y del diseño, fotógrafos y modelos, y mucha mina treintona “pelolais”. En definitiva, Beautiful People. Y todos quieren comprar… Y todos compran.


FAG FIGHT!
Originally uploaded by NíNION
Es algo desconcertante ver a decenas de “niños bien” haciendo filas por largo rato para adquirir cosas que tal vez ni siquiera les quedan tan bien, pero “están muy baratas”. Descubro que algo anda muy mal cuando -reflejada en un espejo- me veo probándome un vestido que me sienta fatal, y me escucho pensando seriamente en comprarlo si es muy barato. ¡No lo necesito! Termino por gritarme en silencio.

Salgo del probador enojada conmigo misma y sigo dando vueltas con la copa en la mano. Todos (menos yo) parecen estarla pasando muy bien en este evento de ver y ser visto. Esto es rarísimo, como estar en una fiesta de las Rocas de Santo Domingo 15 años después. Y me invade ese sentimiento ambiguo que nunca he logrado manejar muy bien, un sentimiento que mezcla las ganas de pertenecer y las ganas de salir corriendo.

Camino hacia la puerta, dos mujeres salen del lugar antes de mí. Van cargadas de bolsas. “Ay, que lata no haber comprado más”, dice una de ellas. “Ay, que bueno que no compré nada, que bueno que me voy, que bueno no pertenecer”, pienso yo.