lunes, mayo 28, 2007

Serendipias

Después de una ardua jornada de consumismo en “Bath Bed and Beyond”, una maravillosamente adictiva tienda de Manhattan, decidí volver a “Serendipity 3”, el “café-house-boutique” por fuera del cual había pasado algunas horas antes. Como en una pesadilla, caminé a la deriva creyendo recordar donde estaba. Di vueltas en círculos por el barrio, hasta que una mujer me indicó las coordenadas: calle 60 entre la 1ª y la 2ª avenida. Y, sin serendipias mediante, llegué al lugar que, abarrotado de gente, me pareció muy francés, muy encantador, pero con demasiados productos de mercadeo para ser adorable.

El enamoramiento con este restaurante vino a placé, cuando después de muchos esfuerzos infructuosos por encontrarla, este fin de semana ví “Serendipity”, la película que Roberto Arancibia había recomendado en su blog hace tres años y una de las pocas comedias románticas que me faltaba ver. En los diez primeros minutos la película se situó en mi lista “Top 10” de comedias románticas, mi género favorito del séptimo arte… No el mejor, pero el que más disfruto. El film trascurre en esta cafetería y en muchos otros lugares de Manhattan, donde los protagonistas viven increíbles coincidencias que entrelazan sus vidas, es decir serendipias.

Este concepto, que de hecho se refiere a la aptitud para hacer descubrimientos afortunados y valiosos accidentalmente, tiene su origen en la palabra simhalad-vipa, un vocablo derivado del sánscrito que ara el antiguo nombre de Ceilán, actualmente Sri Lanka. Allí -formando parte de Las Mil y Una Noches- transcurre la historia de tres príncipes que debían viajar y solucionar problemas para aprender a gobernar su reino en el futuro. Mientras intentaban resolver las interrogantes que ellos mismos se habían planteado, encuentran casualmente respuestas a otros problemas mucho más grandes. En el siglo XVIII, durante uno de sus viajes por Asia, el escritor inglés Horace Walpole escuchó este relato y decidió traducirlo, acuñando el término Serendipity.

Entonces las serendipias nos hablan de un destino marcado por la buena fortuna, de las leyes del Universo guiando nuestras vidas de un modo feliz, de señales a las que debemos prestar atención para obtener resultados positivos. En este cuadro ¿tienen algún peso las decisiones que uno toma para que las cosas pasen? ¿O el destino ocurrirá de todas formas aunque no hagamos grandes esfuerzos? ¿Qué tan casuales son realmente las casualidades?

Últimamente yo estoy moviendo las piezas (tal vez sin darme cuenta siempre lo hice) y de todas formas mi vida parece estar llena de serendipias. Casualidades, coincidencias, destino y felicidad, son cosas… Sí, cosas, y soy una convencida de que uno hace que las cosas pasen.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

si es así, hoy me siento serendipioso...


Bye bye

Anónimo dijo...

una vez lei (o escuché), que cuando uno nombra las cosas, recién en ese momento toman forma, y las ubicamos dentro de nuestro universo, ya que las podemos distinguir del resto de cosas. como el bebe que dice mamá. o el perro que dice guau, cuando ve a su amigo (cuando uno conoce a su perro distingue los distintos tipos de guau...)

hace algunos meses me encontré de casualidad con tu blog, y ha sido recurrente el tema de "empujás para que las cosas pasen o fluís con las cosas que pasan". hoy dices que se llaman serendipias --serendipity.

en lo personal, creo que empujo para que las cosas pasen, y disfuto mucho con lo que va pasando en el camino. tb he empujado para que las cosas pasen, y no pasan. y me han aparecido cosas en un momento que ya no las buscaba. tb he buscado y han aparecido por montones lo que buscaba. y he buscado, y me he dado cuenta que no me gusta lo que encontré.

en fin.

serendipias.

me gusta mucho tu blog

buenas noches

pablo.-

Pía Bórquez dijo...

si estoy de acuerdo con que uno hacen que las cosas pasen...( y que ganas de ver la pelicula!!!!

Bárbara dijo...

Esa película es notable, al igual que el concepto de serendipia, y creo lo mismo que tú, que uno tiene que hacer que esas cosas pasen.
Cuando vuelvas a Chile, y si tienes un tiempo, nos tomamos un café y te llevo la copia de Serendipity, porque la tengo en DVD.
Saludos!

sole dijo...

estar alerta, para ver, decidir y emprender con claridad, la vida. y tener la sabiduría para seguir sin decaer el ánimo cuando las serendipias pasan de largo.

me gusta esa palabra, serendipias
la adopto ahora mismo.


besitos

kurotashio dijo...

Serendipias para la vida... Uhm! A lo más he tenido sus dejavu y que se yo jajaja, pero es algo totalmente poco arbitrario ni menos juzgable, es como ayer haberme encontrado con loquillos de 2º año de mi ex escuela de publicidad en un seminario del ramo, cosa que nunca imaginé, pues yo juraba de guata que iba a estar solo entre tantos personajes...

Cosas locas de la existencia.

kurotashiO!

Luciana dijo...

La Kate Beckinsale me carga, siempre logra arruinar un poco las películas que debieran ser encantadoras. Ni que serendipity ni que ocho cuartos; a veces hay que ponerle algo de voluntad al asunto, la mera casualidad no basta, pues corremos el riesgo que llegue en el momento incorrecto!

La_Keka dijo...

mmmm En lo personal no creo en lo fortuito o en las casualidades.
Todo tiene un engranaje y mueve otra pieza.
Como jugando o sea sí estamos lucidos se logran objetivos y metas sino posiblemente en algun momento nos caiga la teja y encontraremos el camino.
Jajajajajajajajajajaja

Saludos Palomilla
éxito y prosperidad!!!!!!!!