jueves, octubre 18, 2007

40 años del Latino

Una de las cosas que me enorgullece en la vida es haber sido alumna del Colegio Latinoamericano de Integración por 11 años. Allí aprendí muchas de las cosas que me hacen ser como soy, que me hacen mirar el mundo con una visión crítica y solidaria, sin perder el asombro por sus maravillas y atrocidades.

Con una mayoría casi absoluta de hijos de padres de izquierda y muchos niños que regresaban de exilios alrededor del mundo, durante la dictadura el Latino era una burbuja donde se podía hablar de temas que estaban prohibidos en otros colegios.

Quienes pasamos por ahí tenemos un sello indiscutible, algo que se parece mucho a ser familia y esto lo he sentido en especial con la gente de mi curso y de mi generación. Hace un par de años ese entusiasmo me llevó a organizar el encuentro para celebrar (o llorar) una década desde que terminamos el colegio y, además, hice un blog con fotos y relatos que mantengo con cierta regularidad: latino94.blogspot.com

Este mes el Colegio Latinoamericano de Integración celebra 40 años de vida con una fiesta para ex alumnos el viernes 19 y un masivo paseo al Cajón del Maipo el sábado 20. Espero poder ir a este tradicional encuentro en El Manzano y tener uno de esos déjà vu mágicos que experimento cada vez que vuelvo al lugar.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Recuerdo esas tardes donde no hacíamos nada, sino conversar de nada.
Nunca me atreví a decir que mi familia y yo éramos pinochetistas y les llevaba el amén a cuanto exiliado, torturado, proletario o minoría étnico-sexual aparecía en el colegio.
La calle Los Leones se hacía eterna al caminar desde Avenida 11 de septiembre tras haber pasado a rezar en la única iglesia con cura facho más abajo de Tobalaba.
Tiempos aquellos que no olvidaré: Ni en la Universidad privada donde estudié encontraría minitas tan cariñosas, tan solícitas, tan activas,tan reputadas y buenas pal carrete.
Fue una pena verlo demolido y recordar al chascón de Artaza, a los hijos de políticos, de actores, de reclutas de las ONG.
Sencillamente un mundo más feliz que el de Huxley.

Tanino dijo...

Me asomo como un sapo fisgón, y noto en el aire el sello del que hablas, veo alegría, equilibrio, amor y recuerdos cargados de un espíritu intenso.
Que bueno que todavía se tengan.
beso
Giuseppe

Andres Pardo Munita dijo...

Para mi el latino fue un exilio de 4 años. Un exilio que me sacó del sistema y que me permitió conocer otra cara de la vida, más humana y familiar.
Un abrazo,

Andrés

Alvaro dijo...

mi amigo vicho acuña será uno de aquella generación 94 del latino?

buena gente sale de ahí, solo tengo el recuerdo de haber vivido al lado y desear la libertad que se veía desde afuera...

Muchos saludos!

Alvaro

@micronauta dijo...

Si Álvaro, había un Vicente Acuña pero de una generación muy anterior, 87 ponte tu o algo así. Le decíamos Feliciano (el parecido era evidente) y tocaba la guitarra increíble, nuestro héroe musical.

paloma dijo...

No, Ignace, ese Vicho Acuña iba en el curso del lado, es decir, B y egresó en 1994.