Con el calor abrumador que suele caracterizar los días de elecciones, ahí estaba yo, sentada en la cuneta afuera de una farmacia en Tomás Moro con Bilbao.
- ¿Y usted ya votó? – me preguntó un dependiente de la tienda con la franca intención de ayudarme.
- No – Respondí.
En efecto no había votado, porque al llegar al que tradicionalmente había sido mi local de votación, me encontré con que este ya no existía. Más bien dicho, ese colegio ya no era una sede electoral.
Siempre había ido al mismo lugar, al mismo gimnasio, a la misma mesa y a la misma hora. Incluso podría asegurar que en varias oportunidades estaban las mismas vocales de mesa y me topé con la misma gente en la fila. Por eso me pareció tan raro que no hubiera autos sobre las veredas, ni heladeros ofreciendo a viva voz sus bebidas frías. Sólo atiné cuando casi llegando a la puerta del colegio me detuve en un kiosco a comprar una bebida y me informaron sobre mi error.
Ahí estaba yo, con el celular descargado, esperando algunos minutos para llamar nuevamente a mi madre y que ella me dijera en qué lugar de la comuna de La Reina me tocaba votar. Entonces me puse a pensar en lo mucho que me gustan los días de elecciones: ver a la gente en la calle. Padres con hijos, ricos y pobres, gordos y flacos, lindas y feas. Todo el mundo, o casi todo el mundo, va con o sin gusto a votar. Lindo.
Esteban contestó el teléfono. Después de dejar a mi mamá y varias de sus amigas en sus respectivos locales de votación me fue buscar y me llevó al Colegio Teresiano que queda en Américo Vespucio, por donde yo ya había pasado dos horas antes en la micro con destino y mi clásico pero herrado destino.
Una vez en el lugar, cuando logré orientarme, vi que todas las mesas tenían filas que daban para largas esperas… Menos mi mesa (Por fin algo que coincidía con mi acostumbrada realidad electoral). Sólo había un par de personas antes que yo y unas vocales que me parecieron conocidas y amigables.
Les comencé a contar mi historia. De lo muy perdida que andaba. Me dijeron que mucha gente había llegado al local antiguo. Entonces intervino la mujer que esperaba para votar antes que yo.
- Hace semanas que hay un tremendo cartel afuera del “colegio”, del Saint John Villa Academy, que dice muy claro que ya no es más sede electoral- me dijo con prepotencia y una papa en la boca.
- Mira linda, hace tres meses que no vivo ni paso por La Reina (mentira) y desde la última elección que no voy a “el colegio”- Le respondí picada, con una papa más grande en la boca, imitando su tono de pituca renovada.
Después entregué mi carnet de identidad, firmé el registro, entré al “cuarto oscuro”, marqué a mis candidatos(as) para alcalde y concejal, con mucho esfuerzo logre doblar los votos, salí, los deposité en las urnas respectivas y manché mi dedo con tinta azul. Todo un acto ciudadano.
Ayer en las noticias hablaban sobre el voto electrónico que ya se utiliza en buena parte de América Latina. A mí me gusta el sistema a la antigua, en el que uno puede perderse de local, reencontrarse, saludar a las vocales, pelear con alguien en la fila y todo aquello.
¿Qué por quién voté?... Pues bien, el voto señores… es secreto. ¡Viva Chile!
9 comentarios:
A mí también me gusta más el sistema que tenemos ahora... ver la gente, el nerviosismo de los apoderados de lista, el candidato furtivo que anda paseandose y 'candidateandose'... además, mi mesa (la 22) tiene vocales super atentas y es la más corta de todo el establecimiento. Así da gusto ;)
Un abrazo
Ante todo te aviso que soy tu cuniado favorito, pero te posteo como anonimo porque tengo keine lust en registrarme.
Para mi tambien estas fueron unas elecciones especiales, ya que es la ultima que tendre que mirar desde afuera... en los proximos comicios, cuando tengamos que elegir a nuestro Führer, podre sentir la emocion de ser un ciudadano hecho y derecho, de poder entrar ya no de la mano de mi padre, sino acompaniado del poder que te brinda un lapiz, aunque sea un bic, en esta ocasion.
Otra cosa especial fue que muchos de mis amigos tuvieron esta experiencia por primera vez, como nicolas, quien tuvo que votar en la gloriosa mesa n°69 del liceo de hombres de san fernando...
Ademas tuve suerte, porque pude ver television el domingo sin interrupciones de computos y guevadas.
Espero que todo se mantenga normal, para poder vivir ese dia viendo como anotan los resultados en una pizarra, como la gente se excusa por perdida del carne; poder preguntarle a los vocales de mesa como sobreviven un dia entero y porfin salir del equipo de los que no tienen derecho a pataleo...
Que buen post.
La verdad es que a mi también me gusta el día de votaciones, a pesar que los días anteriores me da flojera de sólo pensar en ir a votar...claro que yo vivo en una ciudad chica lo que ayuda harto e incluso me voy caminando a mi sede de votacion (y están las tres sedes en la misma calle...por lo que esa es la calle de los heladeros, la gente e incluso el mote con huesillos). Mi pregunta es : ¿porqué este año volvieron a usar esa tinta eternamente indeleble y antes habían dejado de hacerlo? todavía tengo el dedo morado. Valor! jejejeje
Pobre Palomi. Ahí estaba sentada en la solera de la bomba Shell de Tomás Moro con Bilbao, con cara de triste y extraviada. Al pasar por ella noté su decepción y me dice: "¡Qué pena! ya no es mi lugar de votación". Nos reímos mucho con su extravío (literalmente "más perdida que el Teniente Bello") y, al final de todo, la dejé en el "boliche" en que debía ejercer su derecho ciudadano.
ESM
Luto mundial
Luto por la victoria de la insanía vestida de malas razones, por la victoria de uno de los personajes más siniestros de este siniestro planeta.
sabes, me gusta pensar, como me lo recordaron en la radio, que el voto mío (o el tuyo, o el de que lee esto) vale o pesa = q el del Pdte de la República, o que el del tipo más rico del país...
Voté más tarde que lo normal, para no hacer mucha cola, me tomé un helado, voté, dedo morado... ella me esperaba afuera, beso, como te fue, bien, vamos? sí, a buscar a sus enanos al campo. Mi candidato... kaput. En Providencia nadie puede con el Labbé. Es como Bush. Insufrible y pegote. Almost dangerous.
Saludos guapa, y extraviada, Paloma.
Sabes Paloma, a mí no me parece que el voto sea secreto, o sea, no sé por qué a la mayoría de la gente le da lata o plancha decir por quíen votó. Yo no pude hacerlo, inscrita en Valdivia. La presidencial no me la pierdo, y tendrá pechugas, eso es seguro, cuál, no sé, pero las tendrá,
saludos,
A mi Tb. me gusta votar a la antigua!
El tio de America
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