lunes, noviembre 22, 2004

Cuanta nostalgia

Poco a poco las cosas comienzan a encontrar su lugar. Ya pusimos lámparas, cuadros y cortinas y quedan pocas cajas por ordenar. Mi nuevo barrio es maravilloso. Estas últimas semanas fuimos a todas partes caminando: a la Feria del Libro en la Estación Mapocho (cara); al Teatro La Comedia a ver “Las Cloacas del Paraíso”, de Jorge Díaz (buena y muy kitsch, me encantó la performance de Francisco Gómez como un Abel travesti, digno de Broadway); al Café Mosqueto (gran variedad de cafés del mundo); al Museo de Bellas Artes a ver la exposición del fotógrafo Henri Cartier-Bresson (una maravilla, imperdible); a Zacatecas a comer tacos mexicanos; al frontis del MAC donde vimos una pareja de contorsionistas; al cumpleaños de la Piti en la “Aldea de las Artes”; al Biógrafo a ver “Good Bye Lenin” (muy entretenida e interesante); a la casa de mi vecina Carola a tomar un vinito (onda Friends); a la Vega a comprar verduras y al Mercado a comprar pescado fresco. También tuvimos una vista privilegiada del paso de las comitivas de la APEC e incluso vinieron de Carabineros a empadronarnos, por si a alguien se le ocurría lanzar un misil desde mi edificio.

Pero más allá de todos estos entretenidos panoramas, vengo aquí a cumplir con mi promesa de la nostalgia que surgió por el hecho de cumplir 10 años desde que salí del colegio, pero haré un breve alto para un capítulo familiar.

En este momento mi hermano Felipe se encuentra en un congreso en Tailandia para mostrar su proyecto de e-learning que está desarrollando en la Universidad de Waseda (Tokio, Japón), gracias a una beca de cooperación de ese establecimiento con la Universidad de Chile. Como además de talento tiene mucha suerte, mientras esperaba el vuelo que lo llevaría a Bangkok se puso a conversar distendidamente con un hombre que estaba sentado junto a él y resultó ser ni más ni menos que el vicepresidente de Microsoft… Felipe “Cuevas”, le dicen. (En chileno cueva es una forma vulgar de decir suerte).

Muchos ya saben que él es muy bueno en el tema computacional. Retrocediendo en el tiempo podemos recordar que hizo un software musical que tiene gran éxito vía Internet, que desarrolló un sitio web de vida joven y universitaria, que le han hecho varias notas y reportajes en medios de comunicación chilenos, que hizo clases de computación incluso en la Bolsa antes de cumplir 14 años y que programaba en Atari mejor que su profesor a los 10. Pues bien, todo eso comenzó con una maquinita que nos trajeron nuestros abuelos de un viaje a Estados Unidos, con un juego que fue el antecesor de Mario Bros. Aquí encontré el testimonio gráfico de esta historia, una verdadera primicia.

Volviendo a la nostalgia del colegio, y si de testimonio gráfico se habla, a continuación dos fotos de mi curso del colegio Latinoamericano de Integración. La primera es de 1988 y la segunda es de 1991. Seguimos buscando a varios que están perdidos en el tiempo y en el espacio, necesito ayuda y una bola de cristal para encontrarlos, pistas huellas, algo. Por ahora, seguiré mirando los tesoros que aparecieron con el cambio de casa, riendo, llorando con estos trocitos de memoria que me dan tanta nostalgia.

6 comentarios:

Roberto Arancibia dijo...

Ya po, avisa qué hay que llevar pa los tijerales :-)
Estás en un lindo barrio, cada día se recupera más.

Y pa la nostalgia, lo mejor es escribir, juntarse y recordar risas y buenas cosas.

Un beso Paloma.

Anónimo dijo...

Insisto, a mí me interesa una chica que salió la semana anterior. En la fotografía de 1981 sale riendo y de camisita blanca. Es la pecosita. Y, en la siguiente foto, está a la izquierda de la profesora.
POR FAVOR. Quiero datos
Gracias

Marcos Vasni Navarro Vargas dijo...

Sabes, tus recuerdos escolares me hacen pensar en mis alumnos y alumnas, en como serán ellos cuando tengan nuestras edades...
Continua disfrutando de tu nuevo barrio y sus ventajas...

Adios y saludos...

Carly dijo...

Paloma! que lindo post...que lindo era el colegio..yo lo pasé muy bien. M gustaría volver a esa epoca y hacer unos cambios...claro que también me gustaría volver a los primeros años de universidad...todo se extraña a la larga...toda etapa de la vida tiene su encanto que se termina extrañando.

Cpunto dijo...

Conocí a mi mejor amiga Sol en el cole. Y de tu barrio, creo que es uno de los más lindos,siempre que paso por ahí elijo el departamento en donde viviré a mis fifties con mis enanos (que a esa altura serán unos enormes gallos)
la nostalgia siempre es buena, bien suspirada

cariños

Roberto Arancibia dijo...

Pasate por mi casa, pero no estaba. Y ví que te robaste unas frutillas y anduviste escuchando al Fe.
Pa la otra te serviré un aguita de melisa, special para las cansadas.
Ya viene fin de año. Paciencia.
Lo mejor está por llegar.

R.