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Recordé otra Bienal una que –si la memoria no me falla- se llevó a cabo hace 20 años. Yo tenía sólo ocho y mi mamá estaba muy involucrada en todas las actividades que por esa época realizaba el Colegio de Arquitectos.
Siempre las Bienales contemplan alguna actividad para los niños. En una oportunidad, por ejemplo pintamos con tiza sobre el suelo en la vereda que está en el frontis del Museo Nacional de Bellas Artes; todavía conservo fotos de una mención honrosa que gané a los cuatro. Fue toda mi familia, mi nana, una profesora y mi abuelo Beny, más orgulloso que pato de silabario.
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Muy contenta puse mi obra en un sobre y mi mamá se encargó de hacerla llegar a los organizadores del concurso que, como dije, ese año tenían pensado hacer algo muy, pero muy distinto.
Aunque yo no lo sabía, para entonces las paredes del Museo se estaban cayendo a pedazos. El plan era juntar fondos para la restauración y buscaron una forma impactante de mostrar el inminente deterioro: empapelaron una de las salas con los trabajos que cientos de niños habíamos enviado y luego descararon buena parte de los muros. Mi plaza quedó rasgada por la mitad.
Como no teníamos ninguna información sobre el resultado del concurso, mi mamá me llevó al Museo para ver las obras expuestas. Mis gritos cruzaron todas las salas. Recuerdo mi cara contra el piso de madera húmedo. Lloraba desconsoladamente por tan grande injusticia. Un crimen.
Creo que ese es el momento justo en que mi carrera como artista plástica se vio abruptamente truncada para siempre. Fue entonces cuando comencé a criticar para bien o para mal todo tipo de propuestas de vanguardia, sin conocimientos sólidos, por cierto, pero sí con mucha, pero mucha convicción.
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P.D. 2 Como sé que mi humilde bitácora es reconocida por buscadores como Google y la leen unos cuantos incautos, aprovecho aquí de poner un anuncio de mi querida amiga Lidia, que en su casa en Buenos Aires arrienda un cuarto para extranjeros que visiten la hermana República Argentina. Su texto dice así:
"Rent a room in Argentina (Buenos Aires)
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2 comentarios:
Bueno, así ha pasado con grandes obras de arte de la humanidad. Hasta los Budas gigantes, de más de 50 metros, fueron condenadas y destruidas por la ignorancia.
Tal vez el mundo perdió una artista, pero ganó una blogger.
Y la Paloma vuela, libre.
Que criminales! me dio penita leer tu post.
Trate de escribirte un comment ayer... pero para variar blogspot se ensaña conmigo.
Me recordaste la historia de El Principito, cuando el aviador no podia dibujar un cordero, porque de niño los grandes le habian cortado una promisoria carrera de dibujante.
Pero sabes.... nunca es tarde para empezar ;-)
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