domingo, septiembre 14, 2008

La guerra del optimista


Visiones negras del futuro es lo que encuentro muchas veces cuando converso sobre el futuro del planeta y de las sociedades humanas, pero aún hay personas que se atreven a soñar con cosas buenas... y lo hacen en grande.

Jeffrey D. Sachs, profesor de la Universidad de Columbia (Nueva York, EE.UU.) está convencido de que la pobreza podría acabarse el año 2025.

No desconoce las principales barreras de esta lucha como la violencia global, el cambio climático y los problemas asociados al suministro de los alimentos, la energía y el agua, pero piensa que si las tecnologías de información digital se difunden de manera cooperativa y global, globalmente también serán las herramientas más importantes para unir a las personas en mercados, redes sociales y esfuerzos cooperativos para solucionar los problemas asociados a la pobreza.

Sachs dice que la brecha digital está empezando a cerrarse incluso en los países más pobres, gracias al flujo de información digital, principalmente por medio de teléfonos celulares, mensajes de texto e Internet. Esto traería consigo una revolución en la economía, la política y la sociedad. "La extrema pobreza es casi sinónimo de extremo aislamiento, especialmente aislamiento rural. Pero los teléfonos celulares e Internet inalámbrica ponen fin al aislamiento y, por lo tanto, terminarán siendo la tecnología más transformadora del desarrollo económico de nuestro tiempo... La información transmitida a través de las nuevas redes abarca la salud pública, la atención médica, la educación, la bancarización, el comercio y el entretenimiento, además de las comunicaciones entre amigos y familiares".

¿Ingenuo? No lo sé, pero suena muy bonito.

Aquí está el artículo publicado por ELTIEMPO.com

Podcast: Prof Jeffrey Sachs: Economics for a Crowded Planet

1 comentario:

Anónimo dijo...

No soy tan optimista. Una cosa es que los medios existan, otra que se utilicen, porque con la información llega la libertad y hay muchos países pobre en los que sus gobiernos a lo que realmente temen es a la libertad. No olvidemos nunca que falta de libertad y pobreza suelen correlacionar.