Después de una siesta, el miércoles feriado desperté con ruki de sur en la piel, el aire de una ausente lluvia tímida que entraba por la ventana y muchas cosas virtuales y reales que hacer en la ciudad. Metí a la mochila mi laptop vintage (un Mac del 2000) y partí a mis antiguos barrios para tener la primera reunión de un proyecto que, al parecer, me tendrá tan ocupada como entretenida. Allí, en el Café Abarzúa, al terminar mi cita laboral con Tito, tomé mi cacharro computacional y me instalé en una suerte de living que hay en la entrada del lugar.
Mi ladrillito vintage se conecta a Internet con wi-fi gracias a un enchulamiento que le hizo Felipe, mi querido hermano y antiguo propietario de este computador, que me permitió enlazarme con el mundo, mientras pedía otro chocolate caliente y otro capuccino y esperaba a mi amiga Christine.
Decidí aprovechar el tiempo y la conexión enviando un correo a la gente de PlataformaUrbana, a quienes no conocía, pero necesitaba contactar en forma urgente. Firmé el mail indicando la dirección de mi blog y mi número de celular. Luego me puse a navegar por Twitter, un sistema de microblogging, que se ha convertido en mi último descubrimiento y adicción, pues consiste en decir qué estás haciendo en el preciso minuto en el que escribes, en 140 caracteres o menos. “Estoy en el café Abarzúa tomando una capuccino, sentada en un sillón. Esto es parecido a Friends, pero estoy Alone. Jajajaja”, twittié.
A los 10 minutos sonó el teléfono. Hola Paloma, soy David, de PlataformaUrbana, oye estoy al lado del Abarzúa, así que si te parece bien, me puedo juntar contigo en cinco minutos más.
Yo no entendía nada. Estaba segura de no haberles puesto en el mail donde iba a estar, por lo que me puse a buscar cámaras ocultas y a mirar por la ventana, por si al otro lado de la calle había alguien observándome. ¿Pero cómo sabes que estoy acá? Pregunté.
Porque firmaste con tu blog, fui allá, leí un poco, después pinché el link de tu Twitter y acababas de escribir: “Estoy en el café Abarzúa tomando un capuchino…”, y como estoy al lado, decidí llamar.
Y así llegó David y llegó Christine y pedí más chocolate caliente y hablamos de la web 2.0, de urbanismo, de la apropiación de las ciudades, de bailar en el Túnel, del Barrio Lastarria, del Barrio Brasil, de cómo enamorarse de Santiago u odiarlo, y de miles de cosas más hasta que fue muy tarde, al final de esa tarde citadina y cibernética, con tanto, pero tanto olor a sur.
10 comentarios:
Esta bien. Pero cómo sabes que no se aparecerá alguien que no quieres que sepas dónde estás?
Bueno no sé como caí aquí, pero bueno, son las cosas de la web. como ya estoy acá dejare mi humilde comentario, y si tenes tiempo, te pasa por mi sucucho.
...creo que estar siempre inmerso en esta selva de cemento agota, y si puedes escapar de esta vorágine, tienes mucha suerte!.
saludos!
Uff! me acabas de dar el ejemplo perfecto de por qué jamas usaré Twitter.
Saludos.
es muy.... pa'afuera señorita amiga.... es muy chora, y como tiene unas tremendas alas seguro no irá a verla nadie que no deba estar cerca de usted. pero me impresiona tanta puerta abierta.
besitos
y qué dijo Abarzúa?
Y en qué andas? Ya me contarás porque de la llamada mañanera
Besos
te saludo desde la distancia.
un besazo.
No hay caso, no puedo enganchar con los llamados a la cordura. Me retan siempre por lo mismo, por ser confiada, por ponerme en riesgo. Yo hago cosas como esta, sólo que no tengo la buena estrella de Paloma: en mi caso, seguro que hubiera aparecido Jack el Destripador
Hola Paloma
Te quiero invitar a aprender
de vinos.La idea es que publiques en tu blog. Notas y comentarios d evinos, que nosotros desarrollamos.
y puedes compartir con tus amigos.
Que opinas?
Saludos
Barbara Valenzuela
Jaime Chávez
culturadelvino.blogspot.com
culturadelvino@esfera.cl
Twitter????
soy una inculta :(
pero dejo saludos igual
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