martes, noviembre 21, 2006

Viejas piluchas, piluchas viejas

La sigo por el pasillo blanco y recuerdo esas películas donde muestran a las personas cuando llegan al cielo. Perfecta y pulcra, camina, dobla y sigue hasta una puerta que abre invitándome a pasar. Mientras me recuesto en la camilla, siento aromas terapéuticos y sonidos de bosques orientales. Son las tres de la tarde del domingo cuando comienza el masaje, uno de los puntos mágicos de mi día de SPA. Fue uno de mis mejores regalos de cumpleaños, algo que nunca había hecho… la oportunidad de sentirse reina por un día.

El concepto SPA viene de la época del Imperio Romano cuando los ejércitos volvían de las batallas y, buscando la forma de renovar su fuerza y bienestar, se sumergían en pozos de agua caliente. A este tratamiento lo llamaban “Sanus Per Aquam”, es decir salud por el agua.

Así fue que la guerrera, luego de 30 años de ardua batalla, llegó a reponer energías a este lugar de dioses, pero sobre todo, a este lugar de piluchismo. Yo que, vistiendo mi traje de baño, había disfrutado por horas de la piscina, las burbujas, las corrientes de agua tibia y los saltos por un tobogán, fui a la recepción donde me informaron que para la etapa siguiente tenía que vestir una diminuta sábana y nada más.

Después del masaje y los primeros minutos de pudor, me di cuenta que el espacio del SPA donde yo estaba era sólo femenino y que había mujeres desnudas por doquier. Piluchas viejas y viejas piluchas. Piluchas gordas y piluchas flacas, todas distintas pero igualmente desnudas, hermanas en el piluchismo.

Adopté esta nueva religión como mi norte de vida y me desprendí de la pequeña sábana, para exponer mi cuerpo al placer del sauna, del baño de vapor, de las duchas de agua fría y de una pequeña piscina más fría aún. Seguí los consejos de las piluchas viejas y dejé que las encargadas me dieran más toallas o pusieran mis pies en recipientes con agua tibia, mientras yo leía una revista de modas. En una apacible terraza tomé sol desnuda, siguiendo el camino del piluchismo con gran placer y un hondo sentimiento de libertad.

Luego, en la sala de descanso, dormí una buena siesta, al ritmo de la música de bosques orientales, con el aroma de esencias en el fondo. Sólo desperté para seguir el rito de las piluchas, que pasaban del frío al calor y del calor al frío. Acostada sobre la madera del sauna, descubrí una y otra vez como brotaba espontáneo el sudor en mi piel y como esas gotas me liberaban de toxinas del cuerpo y del alma.

Al final del día, me despedí y, al igual que las otras piluchas, salí del lugar con mi ropa puesta a reencontrarme con la sociedad vestida que me esperaba en la calle.

18 comentarios:

Marcel Pommiez dijo...

nada más rico y relajante que un buen jacuzzi o un super sauna!


Un abrazo!

Loredana Braghetto dijo...

IL FAUT QUE JE LE FASSE.

no me digas, que ando tentada hace rato con la idea de meterme a uno, pero no salir nunca de AHI.

Gonzalo Villar Bordones dijo...

Buena historia amiga. El jueves te cuento mi experiencia en los baños de Estambul.

Besos para la pecosa más vaporosa de esta noche.

Alvaro Horta Calzada dijo...

Recuerdo haber visto un capítulo de Sex & the City en donde una de las protagonista sufría por montones porque no se quería sacar la toalla dentro del sauna (que era enorme y muy concurrido).

Yo también soy periodista y hace un tiempo atrás, realizando un reportaje me tocó conocer algunos SPA del sector oriente de la capital... y por tu descripción me atrevería a aventurar a cual vas.

Igual muy entretenido.

Primera vez por aquí. Lindo e interesante blog.

Saludos!

La_Keka dijo...

Gran Historía Querida.

Indiscutidamente es relajador, no sé si me atrevería andar pilucha con más gente.
Pero sin duda he disfrutado de masajes y es muy renovador.

Mucho éxito y Prosperidad

Cristina dijo...

Además de todo llegaste tan linda...un beso amiga mia

pitiiiiii

Pato Correa dijo...

Paloma:

Primera vez por aquí y ya me dió ganas de buscar ese relax, liberar toxinas, revivir de nuevo, uff, necesario en estos tiempos de locas carreras diarias.

Lindo tu blog, seguiremos por aquí

Anónimo dijo...

Jajajaja!! que experiencia!! no? rico pero no aguanto el vapor me mareo!!
saludos Caos!!

Alvaro Horta Calzada dijo...

Sabía que era el Mund... lo describiste muy bien. Has probado el Bio-sauna?... y la maquina esa que hace cubitos de hielo?

Saludos!

Vivi dijo...

Que rico!!
Y sin pudores...
Paloma version 2.0???
Ahora a visitar playa Luna!!!
Que entretenido ir a un lugar donde el relajo es el lema...

Anónimo dijo...

Mostrar mi cuerpo desnudo nunca me provocó pudor; aunque no soy muy amiga de saunas, me encantan, pero dan un dolor de cabeza espantoso, ese cambio brusco de frío a caliente o viceversa no es para mí. Pero un masaje, mmm, eso sí me encanta. Sabes que hacer yoga es como darse un masaje una misma? Es como que todos los músculos del cuerpo y todos los huesos se posicionan correctamente. Se siente rico. Soy una yoga adicta.

La Clau dijo...

el piluchismo es muestra de la ecología pura, el contacto de la piel con la naturaleza y el medio... lo ecologístas extremos viven en lugares calidos donde no necesiten vestiduras..

debe ser una sensación exquisita!
aunque dejemosla para saunas y retiros espirituales ecologicos :P

saludos!

Gonzalo Villar Bordones dijo...

Veo que anoche olvidé contarte la historia.

Aquí va, princesa de pecas:

Extasiado por Estambul, impresinado por el Templo de Haia Sofía (La Sabiduría Sagrada, construido por Justiniano a partir del Templo de Salomón), maravillado por la Mezquita Azul, extasiado por los bazares, lleno del viento fío del Bósfero y saciado por la exquisita cocina agridulce de aquel lugar, dirigí mis pasos a un reconfortante Baño Turco.

Era una construcción milenaria. Sobre un bandejón central había hombres descansando, así que sumé mi desnudez a ese espacio.

De pronto,llegó a buscarme un hombre gigante, inmensamente gordo, dotado de un balde y un un toallín.

No hablaba nada de inglés, sólo turco.
Sin embargo, con gestos, me hizo comprender aquello que ni imaginaba.

El trabajo del grandote consistía en resfregarme, bañarme como a un niño en su tina.

Le dejé hacer sobre mi cuerpo, luego me enjuagó y me envió de regresa a la ciudad, cuando los minaretes comenzaban llamar al rezo.

Santa Catalina de Siena dijo...

Que maravilla...nada mejor para renovarse en cuerpo y alma.. donde está ese Spa?
Un abrazo
Paulina

Agnes dijo...

que riiiiiicooooooooooooooo,

el piluchismo es total.

a esta altura de año necesito una masajeadora conectada a mi las 24 horas del día.
mmm, tal vez debería inventar una ropa que mientras la usas te masajea, aunque nada se compara con la manos.

besos

Veruzhca05 dijo...

Primera vez que te leo , por recomendacion de Bet, me parecio muy interesante y animoso , eso de sentir la libertad...y atreverse...ahh

saludos desde Mexico City-

Anónimo dijo...

Muy bueno tu blog, sobre tu experiencia solo puedo decir que la desnudez es un momento de autoliberación y encuentro con nuestra personalidad pura.-
Saludos y espero seguir tu blog.-

Anónimo dijo...

Eso si que es disfrutar... soy masajìsta y entiendo muy bien tus sensaciones, para la pròxima tambièn haz de estar desnuda durante el masaje... Trabajo en un centro de estètica con SPA y todo lo demàs, en Europa... Si quieres disfrutar del desnudo en Europa te recomiendo El Templo del Sol, camping 100% nudista en Catalunya.
Si viajas a Europa ya podemos quedar para el masaje...