Iba riendo sola, disfrutando de mis fantasías, cuando el chofer se detuvo en una luz roja en la esquina de Merced con José Miguel de la Barra. Miré por la ventana y lo vi en el paradero. Allí, esperando micro, como cualquier mortal, con challa en el pelo y monedas en la mano estaba Osvaldo Puccio, el ministro secretario general de Gobierno.
“Pare”, ordené al conductor cuando se disponía a seguir su rumbo. Me bajé y caminé hacia el paradero. “Ministro, lo vi esperando micro y tuve que bajarme para saludarlo y para decirle que encuentro muy curiosa esta situación. Mi nombre es Paloma”, concluí mientras estrechaba su mano.
“Hola Paloma”. “Sí, siempre ando en micro”. “Porque me gusta”. “Sí, tengo un auto con chofer, pero uno se pone tonto si anda tanto en auto. Me gusta estar en la calle, ver a la gente, tomar el metro o la micro, siempre lo hago”, respondía Puccio a mis preguntas, mientras yo miraba su cara de niño travieso sintiendo que me caía cada vez mejor.
“Es que llegué al acto de cierre de la campaña de Bachelet muy temprano y tengo que ir a una comida ahora”. “No, no tengo idea si ya cantó Miguel Bosé… es que yo soy muy re huevonazo para esas cosas”. “Ha sido muy buena mi experiencia como ministro... claro que es un ministerio muy demandante, que no para, hay que estar en todo”. “Sí, antes de ser ministro fui embajador en Austria y Brasil. Experiencias maravillosas”, siguió respondiendo a la curiosidad de la transeúnte-reportera.
“Ministro, lo dejo, porque me quedé sin sencillo, así que debo seguir caminando si quiero llegar a ver el final del show”. “Ven, yo te presto”, me dijo y nos subimos juntos a otra micro. Los pasajeros lo saludaban amistosos, no había asientos y seguimos conversando de pie. Él respondía con la mano a la gente que le gritaba desde la calle y con historias entretenidas a mis preguntas. “Es fuerte esto de la tele… la imagen de uno que se crea en las personas”, me comentaba Puccio. Me contó que incluso le pedían autógrafos o lo paraban para sacarse fotos junto a él usando la cámara de un celular.
Llegué a Plaza Italia cuando el show se había acabado y Bosé ya no estaba, pero el saldo de la jornada fue positivo y tenía la cara llena de risas por la anécdota. Fue entretenido conversar relajadamente con alguien que tiene que ver con la contingencia dura del país y, sin embargo, se da permiso para ser una persona simple, despedirse con un beso en la mejilla y seguir su rumbo, el rumbo de un ministro en la micro.
14 comentarios:
De haber dicho que sucedio en Mexico te estaria tildando de sofista mi querida Paloma, aqui los politicos son tan ajenos al pueblo como el vino de mesa en una de sus pauperrimas comidas.
Las consecuencias de esto son tan claras que las directrices del gobierno no se ajustan a la realidad y se va de tumbo en tumbo perdiendo creediblidad como gobierno y como politicos, penoso pero cierto.
Gran historia.
Afectuosos saludos dedes Mexico.
excellente paloma, creo que terminaste de hablar con el único ministro bakán que el gobierno de lagos tenía...
un abrazo
Genial el poder conversar con el ministro!
Por lo que cuentas se nota que es un tipo afable y que busca mantener los pies sobre la tierra.
Salu2
¡Excelente!
Que guay!,
Congrats!.
Matt.-
Mientras maldecia a las huestes Michelistas fanaticas de españolas que rondaban mi hogar..
Fui a tomar micro, y efectivamente estaba ahi , Le dije a mi acompañante, "mira el doble del Pablo Marmol", a lo cual me respondieron, "Callate, si es el ministro".
Y efectivamente, hablaban con cualquiera que se le acercara. Ahora, No nos engañemos, no es mas que un puerta a puerta en epoca eleccionaria.-
En Locales de Parrilladas he visto mas politicos.
Paloma, no me extrañaría que terminaras comiendo sopaipillas con Miguel Bosé el día menos pensado.
excelente, parecia bastante mas atractiva la fantasia de Miguel Bose, pero conocer al "doble de Pablo Marmol" un día de semana cualquiera en un paradero de micro no esta mal.
Si le hubieras dicho tu apellido lo habrías sorprendido tú a él. Supe que me estuvo "pelando" con un conocido común. Ambos salíamos en el tele allá por los fines de los 60"s. El era panelista de un programa que se llamaba algo así como "Tribunal Infantil", y se destacaba por su locuacidad, siendo muy chico....
Gadi
Primero Superman en una estación de trenes; hoy, Pablo Mármol en un paradero de micros... ¿mañana? ¿Homero Simpson en una lancha en Angelmó?
Pensé que al final ibas a decir que había sido un sueño.
Supongo que el hombre también sacó cuentas amables aquel día, y también los otros que pudieron verla a usted con una sonrisa en el rostro...
Yo, caminé de vuelta tranquilo y sonriente hasta el metro...no me preocupé del sencillo, llevaba mi tarjeta multivía...
PD: insisto ¿por qué la pregunta?
Esta, si que estuvo buena...!
Buenisimo
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