lunes, septiembre 05, 2005

Tren del Vino

Al regresar de un encuentro de juventudes en Venezuela, Silvia y Lizardo pasaron por el aeropuerto de Santiago. Mientras esperaban en una sala de tránsito vieron que en una pantalla estaban transmitiendo un documental sobre el Tren del Vino. Allí aparecía una mujer tomando una copa... era yo.

Hace algunos meses fui invitada a hacer ese recorrido en uno de los vagones que surca el Valle de Colchagua. El objetivo era escribir una nota sobre el tema para una revista de panoramas. Justo ese día estaban filmando un material para ser exhibido en el aeropuerto de Santiago. Yo había olvidado ese detalle de glamour, pero no la entretenida experiencia que tuvimos con la Piti, quien me acompañó en calidad de fotógrafa. Aquí está la historia:


Bienvenidos al Tren

El aire entra por la ventana impregnando el coche con el olor del carbón mineral que alimenta a la antigua locomotora de 1913. Señoras y señores, aquí parte el viaje del Tren del Vino, que recorre parte de el ramal San Fernando-Pichilemu, uno de los más antiguos de nuestro país.

El tramo, que comenzó a levantarse en 1872 y que alcanzó los 119 kilómetros llegando hasta Pichilemu, cruza parajes de gran belleza donde se mezclan cultivos de maíz y trigo con parronales.

Si bien el servicio fue suspendido en 1989, la Corporación del Tren del Vino restauró parte de la ruta para que la locomotora realizara el tramo entre las ciudades de San Fernando y Santa Cruz. A treinta kilómetros por hora, los noventa minutos que dura el recorrido se transforman en un viaje en el tiempo, donde el vino es el protagonista indiscutido.

Aunque es posible hacer sólo esta parte del circuito, también existe un plan completo que parte desde Santiago e incluye el almuerzo y una visita al Museo de Colchagua y a una viña de la zona, lo que además del caudal informativo, permite sentir en parte la profunda esencia del mundo vitivinícola chileno.

¡Todos a bordo!

Los vagones del Tren del Vino son coches alemanes de primera clase que datan de principios del Siglo XX y fueron restaurados a la usanza de la época gracias a la ayuda de la Asociación Chilena de Conservación del Patrimonio Ferroviario. Una vez a bordo es posible disfrutar del bello paisaje, sino que además se realiza una degustación de vinos y un cóctel, en el que abundan quesos, empanadas de pino y pasteles.

La voz de Carmen Madrid, guía del tren, acompaña la ruta. Ella introduce a los visitantes en las características del entorno y la historia del Valle de Colchagua, mientras un folclorista de la zona avanza por los corros cantando tonadas al vaivén de la locomotora.

Al escuchar la proximidad del tren, un grupo de baile se prepara para recibir a los pasajeros con un pié de cueca. La música suena fuerte, los turistas sacan fotos y la Estación de Santa Cruz muestra su fachada amarilla, tan reluciente que parece saca de un “Spaghetti Western”.

El plan continúa con una visita al Museo de Colchagua donde hay diversas colecciones que van desde fósiles e implementos precolombinos, hasta carruaje y maquinaria agrícola, pasando por arte cuzqueño, documentos históricos y armas de distintas épocas.

Acompañado por buenos vinos y música, el almuerzo en el Hotel Santa Cruz Plaza es un corto pero merecido descanso que termina junto a la última cucharada del postre. El recorrido sigue rumbo a alguna de las viñas asociadas a la corporación Viu Manent, MontGras, Bisquertt o Viñedos Orgánicos Emiliana (VOE), donde han logrado desarrollar interesantes cepas a partir del manejo orgánico de sus cultivos. Esa es nuestra última parada que, entre animales, flores y barricas, muestra el cierre de un paseo redondo que gira en torno al vino y su profundo encanto.

7 comentarios:

garta dijo...

al final no em contaste lo de cucurto. En fin
El otro día veía un reportaje sobre los vinos y hablaban del carmenere, que loco que en ese valle esté una cepa que se creyó extinta.

Blogo dijo...

Hola Paloma...ya me he encontrado habitualmente contigo blogueando...

Quisiera invitarte de manera especial a mi blog....

Me gusta tu forma de Mirar y ver....Sobre todo las personas y las ciudades.....


http://bloguitochileno.blogspot.com/2005/09/una-camiseta-para-chile.html

Dsanz dijo...

Así como tu eres el rostro de la Ruta del Vino, yo estoy haciendo meritos para ser el rostro de la Ruta del Pisco, jajajaja.Glup,glup.
Si paso por el aeropuerto pondré más atención para verte mejor.
Salud (os) Paloma.

Anónimo dijo...

linda paloma en chile se baila cueca no cuaca
un detalle insignificante

navasal@gmail.com

RAHM dijo...

hmm tomando una copa... recordando un viejo chiste, eres como la Bella Genio, se abre la botella y apareces :) :)

yo espero hacer pronto la ruta del vino, cualquiera, no puede ser que yo viva ya 3 años en Santiago y aun no puedo conocer las muchas buenas viñas que hay por aqui...

tiposmágicos dijo...

hola pecas. hoy no te he leído, sólo he visto la foto y me he dicho a mi mismo: mimismo, ¡qué guapa que sale esta cabra en las fotos!

Anónimo dijo...

Y cuando los periodistas usaràn escafandra y bajaran a las profundidades?

Las historias verdaderamentes conmovedoras de mi colchagua adoptiva se encuentra en la gente, muchos de ellos ya se empiezan a despedirse de este mundo.

No sigan encandilandose con el glamour y la parafernalia.

Aùn siento la refrescante sensaciòn de las barrosas aguas del Chimbarongo.

Aùn saboreo las cazuelas en aquel Quinahue entrañable.......