El metro de Nueva York no es precisamente lindo. Es ruidoso, es organizadamente caótico, es diverso, es colorido y es muy sucio.
Antes era mucho peor. Recuerdo cuando vine a esta ciudad de niña. Los vagones estaban cubiertos de grafitis por dentro y por fuera, y era algo para evitar por las noches. Aún es posible ver ratones entre la suciedad de los rieles, pero ahora los carros están bastante limpios, hacen menos ruido y es bastante seguro si es que uno no va a la periferia.
Entender el mapa del metro, es entender la ciudad. Es saber que cerca de Canal Street los pasajeros serán en gran parte asiáticos, que en el lado oeste y hacia el norte primero habrá muchos dominicanos y luego estudiantes de la Universidad de Columbia, y que en las líneas que vienen a Brooklyn hay muchas personas negras y judíos jasídicos.
No hay señal de teléfono ni Internet en la mayor parte de las estaciones, y aunque todo el mundo lee mucho, a mí me cuesta concentrarme, porque los estímulos son demasiados. Desconectada de la red, logro concentrarme en los habitantes de este espacio: gente de todas partes del mundo, con todos los rasgos que uno pudiera imaginar, hablando mil lenguas distintas. Gente con mucho estilo, gente sin nada de estilo, música y mucha, pero mucha indiferencia.
El metro de Nueva York es el lugar en el que paso más tiempo, después de mi pieza. El metro de Nueva York es mi segunda casa, es mi hogar, es mi pan de cada día.
4 comentarios:
Y agregaría que muchas de sus estaciones no han sido pensadas inclusivamente, es decir, no siempre es un agrado andar con bultos, con coche, con las bicis.
Me encantan tus escritos!
Y aunque tiene muchas cosas negativas, pero siempre es bueno considerar las dos caras de la moneda: todos los carros tienen AC, lo que se agradece mucho en esta época veraniega, y por muy hora punta, jamás está ni cercanamente a lo colapso de lo que es el metro de Santiago.
Al menos en Manhattan, las estaciones que tienen los azulejos con motivos relativos a las atracciones turísticas de su alrededor, también es un plus. No te parece?
Nueva York llora
Rolando Gabrielli©
Una gota más
y Nueva York llora.
Bajo la luz cansada del poema,
ha desaparecido Wall Street,
no hay señal del mundo bursátil.
Cuando los perros aúllan en silencio,
algo va a pasar,
si es que no ha pasado
Las ratas huyen, no sin razón,
viajan por las antiguas alcantarillas,
despavoridas.
Los aeropuertos han suspendido sus vuelos,
las calles vacías están inundadas,
el agua busca su curso, se abre paso,
sin pies, ni manos, ni ojos,
su cuerpo pesado atraviesa muros
Nueva York está desierta,
ha cerrado sus días y noches
el Central Park,
el Metro es un túnel de agua
sin pasajeros,
es el mismo subway de las películas,
las noticias no son alentadoras,
las imágenes dan vuelta el mundo,
Nueva York es su capital,
no duerme dicen quienes viven allí,
sus luces no se apagan,
la ciudad siempre está viva
Detrás de un parabrisas,
Nueva York es una gota de agua
expandida y agoniza en el cristal
la ciudad más espectacular del mundo,
no logra salir de su asombro,
nadie corre por sus calles,
el viento derribó sus árboles,
sobre las casas, los automóviles,
sobre las personas,
la muerte sobrevino.
Definitivamente mató gente,
no sólo en Nueva York,
sino en ciudades no tan famosas,
esas que nadie comenta,
ni retratan sus calles melancólicas,
pobres pueblos sin luz como en Nueva York,
con las últimas hojas de otoño,
se ven como postales arruinadas
por el mal tiempo,
una tormenta no es un vaso de agua.
Los comentarios no superarán las estadísticas,
las catástrofes tienen su escenario
en las grandes ciudades.
Nueva York se reinventa,
es un espectáculo en sí misma,
lo dirá quien la conozca
sin titubear,
no culmina en una punta,
ni tiene una sola orilla.
Es Nueva York,
te dirá cualquier desconocido,
un río incontenible.
Paloma: Es el típico "No Lugar" del que habla Zygmunt Baumann en su libro "Modernidad Liquida".
Slds
Fer
Publicar un comentario