miércoles, agosto 27, 2008

Señor Fiscal


Noche de martes. Casa Abarzúa. Cumpleaños de mi querido amigo Leandro. Wifi y el computador sobre mis piernas, mientras escucho las conversaciones de abogados y periodistas que trabajan para el Ministerio Público. Un léxico propio de leguleyos y tráficantes, no porque consuman sino porque persiguen y apresan a “los malos”.

Hablan de lo terriblemente kitsch de los bienes suntuarios incautados: glóbos terráqueos de lapislazulí y controles remotos con botones de cristal. Un poco más allá en la mesa, Orieta habla de su ruptura amorosa, Leandro le discute algunos detalles, ella argumenta, luego mira a un hombre más allá y le dice: “Fiscal, dígale que lo que señalo es cierto” y continúa hablando con Leandro y Fiscal, y esto es muy raro, y la mesa es un estrado y el sushi y la comida Thai son las pruebas.

El resto de los comensales siguen hablando de GPS y teléfonos intervenidos y todos lloran de risa con mis hisorias de gente “normal”. Si supieran que sólo vivo en la web. Lo demás, lo real, es mi “vida secreta”. ¿Es como para ser perseguida por el Ministerio Público? No creo. Pero privada, al fin y al cabo.

Esa es mi última palabra Señor Fiscal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

jajajajajajaja que divertido, yo conozco a leandro (el periodista) y a orieta (la fiscal) jajajaja cada día me convenzó de que este mundo es más chico de lo que pienso
yo trabajé con ellos en el min. público
poly