Ya verlas en vivo a cada una por separado es algo muy especial, efecto que potenciaron en conjunto al mezclar sus voces y sus cantos. Magdalena, con su amplio registro vocal y su mágico juego del susurro; Elizabeth, gran compositora, con su voz que viene del alma, de lo profundo, y Francesca, con su fuerza escénica y vocal tan envolvente como la primera vez que la vi en Cachafaz.
Aunque decían que no lograron preparar mucho los arreglos, todo salió perfecto, incluso, la sorpresa final… Eso fue lo que terminó de emocionarme por completo y que convirtió esa noche acompañada por queridísimas amigas y mi amado, en algo absolutamente feliz e inolvidable. Francesca invitó a una cuarta cantante al escenario, invitó a Laura Fuentes, mi cuarta cantante favorita, con quien cerraron este espectáculo que debería repetirse y registrarse como un logrado y maravilloso acierto.
Luego de la música me acerqué y se lo dije a las cuatro, pero vuelvo a reiterar mi agradecimiento y mi felicidad por haber podido ver, escuchar y formar parte del encuentro, en esa noche de inmenso calor en la Barcaza, calor que también sentí por dentro.