Cuando llevamos la mirada a las organizaciones y cómo éstas están enfrentando o deberán enfrentar los nuevos escenarios, surgen profundos cuestionamientos relacionados con gestión del cambio, gestión del conocimiento y cultura organizacional. ¿Cómo logramos llevar las ventajas de las nuevas prácticas sociales a los ambientes organizacionales? ¿Cómo a través de las nuevas tecnologías podemos fomentar la participación, el liderazgo, la construcción conjunta de conocimiento y la sinergia? ¿Cómo se articulan procesos de cambio cultural que generen valor a las personas y a las organizaciones?
El sólo hecho de asomarnos a estos cuestionamiento nos trae un desafío abrumador, ante el cuál sólo me atrevo a dar una luz, la cual grabo como nota mental pues debo tener siempre presente y, de este modo, no perder el rumbo:
No se trata de hablar de cambio, de conocimiento, de cultura -menos hablar de plataformas- se trata de qué es lo que queremos hacer con todo eso, se trata de reflexionar hacia dónde queremos apuntar, se trata de qué es lo que queremos lograr, se trata de objetivos, de metas, de generar valor. La pregunta entonces debería conducir a articular procesos reflexivos sobre qué es lo que resulta valioso para las personas y para nuestra organización.Leí un post de Olivier Blanchard que hace hincapié en el hecho de que no estamos hablando del cambio por el cambio. “A nadie le gusta el cambio. Es atemorizante, riesgosos, impredecible. Nunca tendrás éxito vendiendo miedo, riesgo e incerteza, especialmente cuando te enfrentas a un numeroso grupo de personas al interior de una organización. Por eso, debes acercarte al cambio desde un ángulo muy distinto: desde el resultado final esperado. Abordar el cambio como el camino a seguir para lo que ellos quieren lograr”, dice.
Olivier Blanchard explica que hay es necesario definir qué es lo que los lideres de la organización buscan y cuál será, paso a paso, el plan que se quiere seguir para lograrlo.
Sin duda, el crecimiento, el cambio y el éxito son procesos difíciles. Para alcanzarlos Blanchard señala que es necesario trazar un mapa muy detallado, comenzando por definir dónde estás, dónde quieres llegar y cuáles son los puntos intermedios que se deben alcanzar. Hay que pensar cómo queremos que sea el futuro de la organización, cómo queremos que se vea, cómo queremos que opere, cuál será la estructura organizacional y cuáles serán las competencias de las personas.
“Este tipo de procesos puede tomar tiempo, porque se enfrentan transformaciones sociales y emocionales muy sofisticadas que requieren de una maduración que no es posible acelerar u optimizar... Por esto, antes de que se pueda alcanzar un cambio en la cultura de la organización, hay que asegurarse de que quienes ejercen liderazgo sepan hacia dónde quieren ir y qué se necesita para llegar hasta allá”.