martes, junio 24, 2008

Dos x uno

“Mi frondoso pelo necesita ser peinado para lucir decente y el problema es que cuando me subo a la moto me pongo el casco y no hay cabellera que aguante, menos la mía. Es por eso que empecé a usar las simpáticas boinas que además me han gustado un montón y ya no me las saco ni para dormir.

"El tema es que la boina ocultaba el crecimiento normal de mi pelo y el trabajo de las ultimas semanas había sacado de control a mi barba, llegando al punto que el día que decidí afeitarme mi maquina ya no se la pudo, y me tiraba hasta el punto de sufrir en cada pasada, por lo que decidí ir a una peluquería”.

No me compré una moto ni me estoy dejando barba, esta historia es de mi amigo Nicolás Orellana, quien cuenta en su blog cómo logró matar dos pájaros de un tiro en uno de mis lugares favoritos de la ciudad, dando clase de coherencia en cuanto a su condición de joven 2.0 y, por lo tanto, de mulitasking man (hombre multitareas).

“Conversando con una gran amiga (Claudia Torres, quien me debía un almuerzo) empezamos a planear qué podía hacer para cortarme el pelo y comer al mismo tiempo y llegamos a un lugar increíble: La Peluquería Francesa y Boulevard Lavaud

Todo esto queda en el Barrio Brasil (Compañía 2789 esq. Libertad), a pocas cuadras de la estación de Metro Cumming”.

Cuando después de compartir café y comida Nico decidió ocuparse de su pelo, caminó algunos metros y se encontró con una peluquería del 1880, “en donde mi boina hacia un juego perfecto con el recinto”. Supo así que era el lugar correcto para obtener un buen corte de pelo y una “alucinante” afeitada a la antigua, con toallas calientes, navaja y todo lo demás.

A mí la peluquería Francesa me encanta, pero al Nico le gusta incluso más pues asegura que salió del lugar viéndose tan guapo que las chicas lo seguían por la calle.

Sin duda, un espacio citadino para soñar.

domingo, junio 22, 2008

Abuela todo terreno

Hoy es el cumpleaños de mi abuela, se llama Eliana Albala, vive en México a donde llegó exiliada a mediados de los ’70. En ese país hizo buena parte de su carrera, en ese país enviudó a fines de la misma década… y se quedó allí, en la ciudad de Cuernavaca.

A mi abuela le decimos Ilana, es profesora, poetisa y doctora en literatura. Comenzamos a conocerla más en sus viajes casi anuales que pudo realizar más de 10 años después de haber dejado Chile.


Si yo hablo mucho y muy rápido, ella me gana. Es despierta, genial, acelerada, vital. Vive sola, maneja su auto, hace clases en la universidad y está siempre estudiando, trabajando, aprendiendo. Tiene su carácter misia Ilana, vaya que sí, pero es una abuela todo terreno y me encanta. Cuando llegue a mis setentaytantos me gustaría estar así. De hecho, mi papá me mandó esta foto y me encontré bastante parecida a ella. Frente a este descubrimiento mi padre dijo “es lo que llaman parentesco”. Mi hermano Felipe (26) dijo “no te pareces en nada, convéncete: eres adoptada, atte, el primogénito”.

Más allá de la risa que me dio todo esto, entre lo del cumpleaños y la foto se me ocurrió que era un buen momento para preguntarle a los hijos de la Ilana algunos conceptos que describan a mi abuela. Estas fueron sus respuestas:




Shlomit, actriz: “Metódica, ordenada, letra perfecta y alineada, alma de bibliotecaria, gran lectora, buena amiga, intensa, gran maestra, apasionada de sus materias”.




Gaad, inventor (mi papá): “Trabajólica, creativa, perfeccionista, buena administradora de su casa. Siempre tuvo una casa moy bonita con pocos recursos, era así no porque les fuera mal, sino porque nuestros padres nunca buscaron ser gente rica, sino que sólo querían tener buenos espacios para sus hijos, espacios para crear y espacios para recibir a los amigos”.






Rosana, médico: “Activa, enérgica, terriblemente perseverante, acuciosa, inteligente, generosa, muy estricta, pero al mismo tiempo desprendida en el dejar crecer a los suyos”.




Ahora estamos hablando con mi abuela por skype, porque ella está 100% conectada, tiene mail y chatea. Así es una abuela todo terreno, una abuela 2.0.

Eliana Albala / Febrero 2008 / Foto: James Oligney

martes, junio 17, 2008

Personalidad múltiple

Me subí al taxi en la esquina de la casa. “Al metro por favor”, dije al conductor.

Me di cuenta de que el hombre era casi igual a Rodrigo, un taxista con el que conversé largamente hace algunos meses cuando iba rumbo a la casa de mi mamá. Por ello, mi siguiente acción fue preguntarle el nombre.

“Me llamo Norton”, respondió.

Hice un esfuerzo sobrehumano para no tener un ataque de risa, mientras le explicaba por qué mi interés en cómo se llamaba.

Extrañamente él comenzó a hacerme un montón de preguntas para constatar si era él mi taxista Rodrigo. Que hace cuánto tiempo fue, que hacia dónde me dirigía yo, que cuál fue el tema de conversación. “Olvídelo, no es usted y no tiene mayor importancia”, respondí.

“Es que yo a veces digo que me llamo Norberto, Juan o Enrique… Pero Rodrigo, mmm, no nunca.

De reprimir la risa pasé al desconcierto. Creo que todos tenemos diversas expresiones de nuestro ser de acuerdo a los roles que nos toca desempeñar en la vida, pero es raro escuchar a alguien que hable abiertamente de estas personalidades y tenga incluso distintos nombres para referirse a ellas.

martes, junio 03, 2008

Calle 2.0

Apoyo a los perros de Chaitén y a Un Computador Por Niño. Me gustaría que el Metro funcione toda la noche y que la música y los libros no tengan impuestos. Quiero que el voto sea voluntario y que @francotirador venga al BlogPower.

Tal vez estas cosas no signifiquen nada para ti, pero son causas que me importan y que apoyo a través de Facebook, una red social que forma parte de la famosa Web 2.0, la cual me dedico a investigar diariamente y que, según mis amigos, ocupa cada vez más espacio en mi blog, dejando poco y nada de calle. (Ojo, que las cosas que me importan son “tangibles” y mis amigos que alegan son “de verdad”).

Muchos de ellos irán el sábado 7 de junio al BlogPower, evento donde nos juntaremos a reflexionar sobre qué tanta fuerza tienen estas causas y los movimientos de ciberactivismo y de qué forma los movilizadores de procesos políticos están considerando las nuevas maneras de constituirse en red.

Allí estaré como moderadora de uno de los paneles y, el resto del tiempo, sacando fotos como siempre. Es en el Edificio de la Telefónica y para llegar allí tengo que hacerlo caminado, no por avenidas de Second Life, sino por una calle de verdad. ¿Sirve?